El año pasado, no pocas veces los hampones entraron en la Escuela Básica San Vicente, al sur de la ciudad, aprovechando la falta de personal de vigilancia y sistemas de seguridad que resguarden la estructura para sacar cuanto consideraban útil y de valor. Con apenas unos días de haber comenzado 2017 volvieron a repetirlo. Ayer, cuando los docentes se disponían a reanudar las clases, después del descanso decembrino, se percataron de la acción delictiva.
Los ladrones abrieron un orificio en una de las paredes de la oficina administrativa, debajo de la ventana de hierro, entraron y desordenaron los útiles escolares allí almacenados.
Entre los objetos hurtados se contó una bombona pequeña, una computadora y las colchonetas de los niños. Dejaron otro cilindro de gas grande guardado en la misma sala.
Pese al hurto, el llamado al reinicio de las clases se mantiene.