Durante todo el año pasado, nuestra ciudad primogénita del continente Americano vio pasar eventos, desfiles, sesiones solemnes, actos rimbombantes, movilización de altos funcionarios gubernamentales, declaratoria que la convertían en capital de la República y con todos esos acontecimientos muy bien cacareados y presentados en cadena nacional, un rosario de promesas y compromisos oficiales, que incluían la ejecución de cerca de medio centenar de obras, las que servirían de palanca para mejorar, adecentar, desarrollar y modernizar a la ciudad más longeva de América.
Maduro, Cabello, Jaua, El Troudi, Molina, Luis Acuña, David Velásquez y muchos otros jerarcas del régimen anunciaron desde la cumpleañera todas esas ejecutorias por la especial efemérides de los 500 años; el 27 de noviembre de 2015 llegó y el 90% de esas ofertas resultaron engañosas y frustradas, porque llegó el día esperado, 27 de noviembre, y la ciudad encendió sus velitas, con apagones por todas partes, muchos sectores sin agua potable, las calles llenas de huecos, varias bocas de visita del sistema de aguas negras brotando por las aceras y cunetas destrozadas, la delincuencia desatada, el mercado municipal abandonado, la basura contaminando el ambiente, la ciudad sin señalizaciones, la anarquía urbanística dando la pauta en las principales arterias viales intraurbanas al ritmo de bachaqueros y comercios informales y de este fracaso ninguna cuenta se rindió ni se le informó a la agraviada, a donde y a qué bolsillos fueron a parar esos fondos multimillonarios que habían sido presupuestados, aprobados y destinados para esas sentidas obras.
Un año después de la estafa agravada de la cual ha sido objeto nuestra querida Cumaná, nada hablaron del 501 cumpleaños el gobernador del estado Sucre y mucho menos el peor alcalde que hayamos tenido en la historia, desde que en 1989 el presidente Carlos Andrés Pérez nos promulgara la elección directa de gobernadores y alcaldes, y se tragan la lengua, porque ellos fueron los entes encargados con el gobierno central de la ejecución, supervisión y control de esas fallidas obras y porque sin temor a equívoco alguno, sobre ellos pesa y pesará la responsabilidad del crimen cometido contra un pueblo, que aunque por la ceguera inverosímil que vivimos en estos tiempos votaron por ellos, no tengo dudas que mañana serán los primeros en exigir que se castiguen con todo el peso de la ley a estos irresponsables que en mala hora llegaron al poder para enriquecerse y a quienes con la complicidad de ellos, incumplieron los contratos que les asignaron para la realización de esos trabajos, porque no haber cumplido con la primogénita es un verdadero crimen y como dice José Campos Suarez, el crimen no paga.
La ciudad está ahora en peores condiciones que el año pasado, los problemas se han agravado dramáticamente y la calidad de vida de los cumaneses se esfuma entre el mar y la montaña, por la ineficacia e irresponsabilidad de estos gobernantes y la pasividad de la ciudadanía, pero vendrán nuevos cumpleaños para la Cumaná de mis amores y vamos a entregar todos nuestros esfuerzos, toda nuestra experiencia acumulada en todos estos años de lucha, toda nuestra capacidad y conocimientos adquiridos en la vida, para ponerlos al servicio de esta hermosa capital sucrense y oriental, que no merece más improvisados ni gobernantes insensibles a las exigencias colectivas.
Como dice la copla popular, A pesar de los pesares, feliz cumpleaños 501 Cumaná y más temprano que tarde veras realizado el sueño de todos los cumaneses, de ser la ciudad para la vida y el turismo que todos quienes de verdad te queremos soñamos.
«Quienes defienden el derecho a la vida de asesinos, avalan la pena de muerte de ciudadanos inocentes»
Pedro Segundo Blanco
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