“De lessa patria consideramos nosotros que se esté preparando en los cuarteles solamente la forma de controlar las manifestaciones populares… que en vez de practicar con nuestras armas de guerra estemos preparándonos solamente con barricadas para frenar y matar estudiantes. Llamamos a los estudiantes, a los obreros, a los intelectuales, al clero progresista, a los soldados de todas las latitudes, a los hombres que sueñan, para que construyan con nosotros una nueva patria o para que se instalen a construirlas ellos. No tenemos afán de dictadura militar”.
Arias Cárdenas-Teniente Coronel- “El 4 de Febrero” –Por Ahora…Pág. 138.
¿Qué paso? ¿Quedaron estas palabras generalizadas, en aquel programa televisivo que emulaba un debate entre éste comandante y una gallina que representaba al, hoy, difunto ex-presidente Hugo Rafael Chávez Frías? ¿Se convirtió aquel sueño idílico, para una gran mayoría de los venezolanos, en una inmensa pesadilla de la cual no terminamos de despertar? ¿Se trata de una nefasta manipulación, de una mentira inconmensurable o de un error político, jamás conocido por la humanidad?
La gravísima situación política, económica y por ende social por la cual atravesamos, nunca antes conocida en la era republicana, debe instarnos a acatar el llamado de la cordura y la sensatez.
Las políticas económicas, desfasadas y fracasadas, que se han pretendido imponer en el país, no podrían haber tenido otro resultado que el desastre en el cual nos encontramos y que, influyen directamente en lo social porque se ha destruido, inmisericordemente, la calidad de vida de los ciudadanos.
No es una crítica o denuncia, es una simple reflexión. Se ha atribuido la gravísima crisis al sistema rentista petrolero, y pregunto: ¿Cuál es el sistema productivo que no trabaje en pos de la renta? ¿Es la renta un sinónimo de productividad? ¿Qué hubiese pasado si la renta generada de la extracción petrolera se hubiese invertido en la producción de bienes y servicios? ¿Cuál y cómo sería la calidad de vida de los ciudadanos venezolanos, si se hubiese “sembrado” el petróleo? ¿Cuál sería el lugar que ocuparía Venezuela entre las potencias mundiales?
El desfase en la terminología lo demuestra la realidad; presuntamente, la renta petrolera fue malversada, despilfarrada, el erario público fue asaltado por la corrupción descontrolada y calificada crimen de lessa humanidad porque, ese asalto se llevó también la posibilidad de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos más necesitados, que son quienes pagan en mayor cuantía los atropellos cometidos.
La persecución sistemática contra todo sistema productivo que comenzó con la destrucción del sistema agro-alimentario y arremetió en contra del sector artesanal, industrial y, más allá, contra todo lo que significa éxito, sólo tiene como consecuencia… la destrucción. Y esto constituye el deterioro progresivo del bienestar social, al eliminarse la fuente de ingresos de los grupos familiares.
Se amenaza a ciudadanos desesperados por la ausencia de gas doméstico con arremetidas militares y con prisión de 4 a 8 años, por protestar ante la necesidad de algo que antes les llevaban a sus hogares; sin bachaqueo o sobreprecio. Se confiscan empresas y unidades de producción; vivimos en una constante amenaza, entre el gobierno y la Guerra Hamponil.
La prensa, sostén de la democracia, es víctima de quienes solicitaron su protección y… la consiguieron. Somos EL IMPULSO. #Ya basta.