La recolección diaria de leña de los vecinos de La Ribereña, llevó al hallazgo de una persona fallecida, la cual estaba en avanzado estado de descomposición. El cuerpo estaba en la quebrada El Mayal, ubicada en el cruce de la avenida Ribereña con calle 38.
La noticia corrió como pólvora entre los residentes de la zona y llegó a oídos de la señora Eglis Guadaña, quien sintió “un susto en el estómago”, pues desde el pasado lunes tenía desaparecido al séptimo de sus nueve hijos.
Ella se fue hasta la quebrada y cuando se acercó constató lo peor: era su muchacho, quien tan solo tenía 17 años de edad. Lo reconoció por su ropa y un rosario que cargaba de collar. La señora lloraba por su hijo, mientras sostenía un pañito y era consolada por otras personas.
La madre, en medio de su dolor, reconoció que el hoy occiso no andaba en buenos pasos. Al parecer según indicaron residentes que no quisieron identificarse, el muchacho a quien conocían como “El Guadaña” se la pasaba robando por el lugar. Aparentemente habría sido amenazado por la gente de la comunidad.
La señora Guadaña indicó que su hijo salió de su vivienda ubicada en la Cuesta de Lima, en la calle 31 con avenida Ribereña, a las 5:30 de la tarde del lunes. Iría hacia el Terminal de Pasajeros a encontrarse con su novia para despedirla, pues ella iba a Colombia; pero nunca regresó. Desde ese momento nadie supo de él.
Las personas que residen cerca de la quebrada aseguran no haber escuchado nada extraño, ni detonaciones o gritos. Lo que sí indican es que desde hace dos días se comenzó a sentir el mal olor, pero no se imaginaban que se tratara de una persona fallecida.
Funcionarios del Eje de Homicidios del Cicpc Lara hicieron el levantamiento del cadáver, el cual se encontraba boca abajo y parte de su rostro y mano izquierda había sido devorado por los animales.