La alegría encapsulada en el instante cuando un niño abre un regalo es una lluvia que no cae sobre todos. Para procurar que salpique a los menos favorecidos existen organizaciones que dedican diciembre a unir voluntades capaces de estirar sonrisas e iluminar los ojos de todo ser desamparado en Navidad.
Con el afán de las hormigas, dentro y fuera del estado Lara no pocos ánimos se alían para llevar un obsequio a los pequeños con menos posibilidades de hallar uno a los pies del árbol cuando llega el Niño Jesús, como lo dictan las tradiciones criollas.
Desde hace justamente 10 años, desde Caracas la fundación sin fines de lucro Santa en las Calles hizo suya la misión de, anualmente, llevar un presente a los habitantes de comunidades necesitadas. Los brazos solidarios se han alargado desde la capital del país a una decena de ciudades del interior, Barquisimeto incluida, hasta traspasar, incluso, nuestras fronteras.
La convocatoria de Santa en las Calles consiste en que cada duende, como llaman a los colaboradores, reúna ropa, calzado o juguetes en buen estado y los done. Este año, el primer evento de recolección lo hicieron el 3 de diciembre en el Colegio Don Bosco de Altamira y desde allí repartieron las donaciones en las comunidades de Catia y la Cota 905, en Caracas.
En Barquisimeto, se formó el grupo en 2008 y desde entonces la cantidad de personas beneficiadas va en ascenso. Este año, la jornada arropó a unas 400 personas residenciadas en el kilómetro 19 de Los Rastrojitos y a los abuelos de la Casa Hogar Madre Teresa de Calcuta situada en Agua Viva, informó la coordinadora en Lara de la fundación, Rosángela Yánez. A ellos les llevaron arepas, cotillones, objetos de uso diario y en el caso de los ancianos también medicinas.
La generosidad de quienes integran este movimiento filantrópico es robusta y se ocupan de hacerle real honor al nombre de la fundación. Después de atender casos puntuales en sectores e instituciones, las almas nobles atadas a esta causa, como una versión urbana de san Nicolás, salen en caravana a recorrer la ciudad para entregar sábanas, comida y ropa a las personas que tienen por cama una acera.
Desde la urbanización El Obelisco partió la ruta la noche de este sábado 10 de diciembre hasta llegar al Hospital Central Universitario Antonio María Pineda y al Hospital Pediátrico Agustín Zubillaga. Normalmente, para cuando los voluntarios llegan a estos centros de salud, apuntó Yánez, ya es la 1 o 2 de la madrugada y eso da un plus de emotividad a los niños porque se despiertan, de pronto, con un regalo estrechado por las manos de Santa.
Por la consecuencia de Santa en las Calles desde hace ocho años en la capital larense hay quienes para estas fechas los esperan. De hecho, relató Yánez, las comunidades indígenas ya reconocen la caravana y se ordenan para recibir el presente.
Cuando el sentido social se concentra en una población específica también hay manos para ayudar. El Hogar de Niños Impedidos Don Orione (Honim) y la Fundación Amigos del Niño con Cáncer (Fanca) son apenas dos de las que trabajan abrazadas al compromiso de que la Navidad nunca se opaque.
El Honim emplea el método epistolar para tocar el timbre de la bondad. Cada octubre, se inicia la campaña de apadrinamiento en cual se envían cartas a empresas y familias para que, en la medida de sus posibilidades, den un aporte.
Este año, se distribuyeron 1.300 comunicaciones con especificaciones como el nombre, edad, tallas y posibles artículos para regalar según las necesidades de cada niño. De estas, unas 700 personas respondieron afirmativamente. El 4 de diciembre, en una fiesta, los padrinos pudieron conocer a sus ahijados y compartir con ellos.
“Le agradecemos profundamente a los colaboradores porque la obra en el Honim se ha mantenido gracias a ellos”, afirmó Laudence Betancourt, director de la institución.
Fanca, por su lado, en 28 años de fundación agasaja puntualmente a los niños y adolescentes registrados, todos de familias de bajos recursos.
Los regalos nuevos y usados que han recibido este año, entre estos, 100 juguetes y 150 cotillones facilitados por empresas privadas, fueron entregados en el evento navideño desarrollado en el Campamento Los Cristales, precisó la asistente de gerencia Yefercar Querales. El gesto, informó Querales, también llegará a los pequeños internados en el Hospital Pediátrico.
Para los jugadores que se forman en la escuela de fútbol infantil Tiburones de la Piedad Sur diciembre también es un paréntesis especial, pues el entrenador Adrián Palacios, que enseña de forma gratuita, organiza junto con los representantes un agasajo .
Desde que se dedicó a enseñar los fundamentos del balompié en la comunidad para Palacios el objetivo es moldear “buenos ciudadanos” y permitirles un espacio para compartir es parte de su misión como colaborador del sector porque sabe que todos los niños y adolescentes de la escuela provienen de familias pobres.
A estas iniciativas también se suman voluntades desde el ámbito político como lo hace Primero Justicia con la actividad Operación juguete. Con el lema Todos somos responsables de los niños pretenden reunir suficientes cantidades de ropa, juguetes, papelería y golosinas para llevarlas a las personas necesitadas.
Este trabajo lo hacen puntualmente en la época decembrina desde hace 12 años y a través de este tipo de acciones, dijo el dirigente Carlos Zappa, buscan reflejar el servicio al prójimo y recuperar valores.
El soplido de la crisis
Quienes cruzan la autopista de la bondad en un territorio aporreado por la inflación como lo está Venezuela llegan al sitio de depósito de sus voluntades con un aporte un tanto distinto al de otras ocasiones.
Así lo observó el director del Honim en la campaña de apadrinamiento de este año. La cifra de respuestas redujo, igual que la calidad de los donativos. Entre las principales ausencias citó que apenas un cinco por ciento de los aportes eran pañales, uno de los artículos básicos y de los más costosos usados por los muchachos matriculados en la institución.
Similar descenso en las colaboraciones notaron este periodo en Fanca. Sin embargo, la tarea se mantiene, pues “no se le puede quitar el sueño a los niños”, pronunció convencida la a asistente de la gerencia de la fundación.
La labor de Santa en las Calles ha logrado resonar en varios países del mundo y eso sirvió para la jornada de este año, pues personas de Argentina, Estados Unidos, Ecuador y Puerto Rico enviaron donativos y aun con eso hubo pequeñas modificaciones en la atención. En ediciones anteriores acostumbraban a regalar hallacas, pero esta vez prefirieron hacer arepas para abarcar una mayor porción de personas.