Hace mucho tiempo, en una galaxia muy muy lejana, los fanáticos de «La Guerra de las Galaxias» esperaban años entre cada película. Ya no más: la semana que viene la saga del espacio continúa con «Rogue One».
La cinta, que se estrena en los principales mercados de América Latina el 15 de diciembre, no forma parte de la última trilogía que comenzó hace un año la taquillera «Episodio VII: El despertar de la fuerza».
Aquí se vuelve al pasado, justo antes del pionero «Episodio IV: Una nueva esperanza». Y cuenta cómo la Alianza Rebelde planifica el robo de los planos de la Estrella de la Muerte, la gigantesca estación espacial con poder para destruir planetas enteros.
Un regalo navideño para los fanáticos de la franquicia espacial, que en Estados Unidos han salido en bandada para comprar en preventa los boletos y que en un año tendrán el Episodio VIII.
La llamada del «dios»
El director británico Gareth Edwards recordó cómo se le quitó un peso de encima cuando recibió la aprobación del «dios» George Lucas, el creador de la historia.
«No quiero poner palabras en su boca pero honestamente puedo decir que puedo morir feliz ahora», dijo Edwards sobre una conversación con el creador de la exitosa franquicia y uno de los cineastas más exitosos de la historia.
«Rogue One», protagonizada por Felicity Jones y el mexicano Diego Luna, forma parte del intento de revitalizar la historia desde que Disney compró Lucasfilm en 2012, cuando aún se recuperaba de las críticas horribles que recibió la segundo trilogía, lanzada entre 1999 y 2005.
El plan es lanzar un nuevo trío de películas que continúen a la primera historia, comenzando con «El despertar de la fuerza» en 2015 y en paralelo, películas de «antología».
J.J. Abrams dio el primer paso con «El despertar de la fuerza», que recaudó 2.000 millones de dólares y fue el mayor lanzamiento de 2015, sin mencionar que ha sido la película más exitosa de Disney y la tercera más taquillera de todos los tiempos.
Analistas esperan que en su primer fin de semana consiga reunir 150 millones de dólares, por detrás de los 248 millones del Episodio VII, pero igual entre los mayores del año.
En la cinta, Jones interpreta a Jyn Erso, que tiene un expediente criminal por falsificación, asalto y robo, es reclutada por la Alianza Rebelde para robar los planos de la Estrella de la Muerte.
«Nunca hice algo así antes, todo era muy nuevo, toda esta preparación física. Estoy acostumbrada a hablar en un corsé, por lo que no estuvo nada mal ir corriendo con un ‘blaster’ y un bastón para golpear stormtroopers», dijo Jones, nominada al Oscar por su papel en «La teoría del todo» sobre la vida de Stephen Hawking.
Película de guerra
Un grupo de críticos pudieron ver 28 minutos de la película en Industrial Light and Magic, el estudio de Lucasfilm para efectos especiales, y la primera impresión es que no es menos esa «opera espacial» de sus predecesoras y se muestra más como una película de guerra con más rudeza.
«Recibimos autorización para ser diferentes en esta película y tomar riesgos», indicó Edwards, que cree que la cinta, filmada en Gran Bretaña, Islandia y las Maldivas, tiene un tono más cercano a «El Imperio contraataca».
Para presentar las escenas de guerra, el equipo tomó escenas de combates reales de Vietnam y la II Guerra Mundial y con Photoshop introdujeron las armas láser y colocaron aviones Ala-X en el fondo.
«Al estudio le encantó, a todo el mundo, y dijeron ‘vayan y hagan eso'», indicó Edwards.
Pero todo es oscuro y pesimista, hay también momentos ligeros, muchos protagonizados por Alan Tudyk, quien tuvo la nada envidiable tarea de sumarse a la familia de robots de Star Wars, que lideran personajes amados como C3PO, R2D2 y BB8.
El actor tuvo que usar zancos y un traje de captura de movimiento (mo-cap, por su nombre en inglés) para hacer K-2SO, un droide imperial que tuvo su memoria borrada por los rebeldes.
«El primer mes no podía verlo porque se veía ridículo», dijo Luna que interpreta al oficial de inteligencia rebelde, Cassian Andor. «Eran las pijamas más ajustadas del mundo. Y con esos zancos le llegabas a la altura de sus partes, era bastante intimidante», añadió.