En un comunicado difundido por el grupo Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA) más de 20 expresidentes sintetizan en dos ideas las conclusiones acerca del diálogo entre el Gobierno y la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y la medida que la Organización de Estados Americanos (OEA), a su modo de ver, debe aplicar como parte de las soluciones para la crisis en diversos órdenes que padece Venezuela.
Ahora, cuando se aproxima la siguiente mesa de diálogo programada para este 6 de diciembre, y conocidos los resultados iniciales, quienes integran IDEA encuentran el recurso poco efectivo y concluyen: “Nuestra convicción en cuanto a que el diálogo como formalidad y con propósitos de distracción prostituye la práctica de la democracia y su esencia, que no es ni puede ser otra que el fortalecimiento de la libertad, sea la libertad del pueblo para decidir soberanamente sobre su destino, sea en el caso la libertad de quienes son víctimas de persecuciones o prisión por sus ideas”.
Además, instan a la OEA a emitir un informe sobre el diálogo y plantear mecanismos de auxilio para la recomposición del país.
“Nuestro deseo de que la OEA y su secretaria general provean, con la premura que demanda la violencia estructural que cada día cobra decenas de vidas en Venezuela y provoca la hambruna generalizada, un informe sobre el estado del diálogo en Venezuela y la sugerencia de alternativas inmediatas que contribuyan al restablecimiento inmediato del hilo democrático en el país”.
En declaraciones anteriores los exjefes de Estado habían expuesto acerca del entonces eventual diálogo que debía tener como base “la verdad, la justicia y el restablecimiento del Estado de Derecho”, es decir, que en la discusión imperaba incluir la liberación de los presos políticos , la realización del referendo revocatorio y aceptar las decisiones tomadas dentro del parlamento nacional formado por mayoría de diputados opositores. Esto último subrayado por el antecedente de la denuncia hecha desde la Asamblea Nacional (AN) cuando el presidente Nicolás Maduro comenzó a desconocer los proyectos planteados en el hemiciclo.
Ante el pronunciamiento del secretario general de la OEA, Luis Almagro, sobre las “alteraciones graves al orden constitucional” y la crisis humanitaria por el desabastecimiento de alimentos y deficiencias en el sector salud desde IDEA alertaron al mundo que el llamado a sentarse en la mesa para debatir realizado por el primer mandatario nacional con el apoyo de la secretaría de la Unasur era una idea concebida con “el deliberado propósito de desacelerar la legítima protesta democrática y pacífica”.
Cuando se concretó el diálogo entre el poder y quienes se oponen al sistema con el cual se conduce al país, este 11 de noviembre, con el Vaticano como mediador entre ambas partes, opinaron que los resultados iniciales no atendían con la urgencia requerida los problemas sociales y políticos hirientes de la nación y silenciaban aspectos naturales de las democracias como la soberanía popular y del derecho al voto, una vez conocida la suspensión de la recolección de voluntades que aprobarían el mecanismo constitucional para revocar al presidente Maduro programado para octubre.
Señalaron también en su momento la prohibición del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) hacia la AN para debatir sobre la responsabilidad política de la máxima autoridad nacional por la situación del país y la suspensión del derecho a la protesta.
En este nuevo panorama sobre la situación de la nación y los planteamientos expuestos se suman a la declaración 23 expresidentes, entre ellos José María Aznar (España), Felipe Calderón (México), Rafael Ángel Calderón (Costa Rica), Laura Chinchilla (Costa Rica), Fernando de la Rúa (Argentina), Vicente Fox (México) y Jorge Quiroga (Bolivia).
