Castristas y disidentes se enfrentaron ante la embajada de Cuba en Madrid durante la concentración de unos y otros con motivo de la muerte de Fidel Castro.
La Policía ha tenido en algún momento que separar a personas de uno y otro bando durante una concentración que aún prosigue bajo la lluvia y en la que se han proferido insultos tanto a los opositores al régimen castrista que viven en España como a los afines al Gobierno de la isla.
La bandera de la embajada ondea a media asta y numerosos medios de comunicación se han desplazado hasta la sede de la legación cubana para recoger el testimonio de los concentrados, la mayoría de ellos procastristas.
Agentes de la Policía han requisado al presidente de “Cuba Democracia Ya”, Rigoberto Carceller, botellas de champán con las que quería brindar “no por la muerte de Fidel, al que Dios perdone”, sino porque hoy “empieza una nueva etapa para los cubanos”.
“Cuba, Fidel y el Che” y “La revolución vive” son algunos de los lemas que están coreando los concentrados.
Mientras unos han alabado los progresos sociales en educación y sanidad del régimen castrista, otros lo han tildado de “dictadura” y han criticado a los españoles que apoyan a ese Gobierno porque “sólo les interesa ir a la isla a disfrutar”.