No me referiré al equipo Cardenales. Dios ayude al equipo y logre triunfos este año. Me referiré a esa dignidad eclesiástica que recibe un pequeño y privilegiado grupo de hombres, la mayor que puede recibirse en la Iglesia después del Pontificado. Se recibe con la imposición del anillo y del capelo cardenalicio por parte del Romano Pontífice, a quienes él libremente decida. Y al decir gobiernos, me refiero a los que han regido nuestro destino cuando han sido designados los seis cardenales venezolanos. El sábado 19 de los corrientes, monseñor Baltazar Porras, arzobispo de Mérida, ingresó al privilegiado grupo. Como dije,es el sextovenezolano en portar las vestimentas color púrpura. El Cardenal Porras tiene méritos para recibir la condición de “príncipe” de la Iglesia, como se les denomina popularmente a los Cardenales.
Los Cardenales de la Santa Iglesia Romana constituyen un Colegio peculiar, al que compete proveer a la elección del Romano Pontífice, según la norma del derecho peculiar; asimismo, los Cardenales asisten al Romano Pontífice, tanto colegialmente, cuando son convocados para tratar juntos cuestiones de más importancia, como personalmente, mediante los distintos oficios que desempeñan, ayudando sobre todo al Papa en su gobierno cotidiano de la Iglesia universal”. Cánon 349 del Código de Derecho Canónico. Para Venezuela es un gran honor que otro hijo suyo haya llegado a ostentar esa condición. El primero fue monseñor José Humberto Quintero. Su elevación a la dignidad cardenalicia ocurrió el 16 de enero de 1961. Lo nombró el Papa san Juan XXIII. En la delegación venezolana a Roma fue el canciller de la República y fue recibido al regresar a Caracas con honores de jefe de estado por el presidente Rómulo Betancourt, quien le pidió que abordara con él la limosina presidencial. El segundo fue monseñor José Alí Lebrún, nombrado por el Papa san Juan Pablo II, el 02 de febrero de 1983. El presidente Luis Herrera Campíns también envió una delegación de su gobierno a Roma a los actos de investidura. Herrera también recibió con honores en Maiquetía al Cardenal Lebrún.
El 25 de mayo de 1985, san Juan Pablo II designó Cardenal a monseñor Rosalio Castillo Lara. El presidente Jaime Lusinchi envió una delegación de su gobierno a su investidura. Castillo Lara se quedó trabajando en cargos de alta responsabilidad en el Vaticano. El 21 de febrero de 2001 fue designado Cardenal también por san Juan Pablo II, monseñor Ignacio Velasco. El presidente Hugo Chávez fue indiferente ante aquella designación. El 24 de mayo de 2006 Benedicto XVI designó Cardenal a monseñor Jorge Urosa Savino. A diferencia de lo que ocurrió con Velasco, el presidente Chávez bajó a recibirlo en Maiquetía en ceremonia un poco forzada. ConUrosalas tensiones crecieron y nunca hubo comunicación. Con el Cardenal Porras Cardozo, el gobierno no se ha dado por enterado. Ni felicitaciones y menos una delegación a los actos en el Vaticano. Al contrario, Maduro dijo que citará al nuevo Cardenal para que explique su conducta el 11 de abril de 2002. Historia reciente de Venezuela.