Definir el término rebelión no es tan difícil. De hecho, Wikipedia lo conceptualiza como “una manifestación de rechazo a la autoridad”. Así de simple. Sin embargo, preocupa, por cuanto una rebelión «puede variar desde la desobediencia civil hasta un intento organizado y armado de destruir la autoridad establecida». Ob.Cit.
Obviamente, en este artículo no vamos a desarrollar un “tratado historicista” y sumergirnos en extensas consideraciones para exponer esta idea. No creo sea necesario. No. Si miramos con detenimiento la tremenda crisis en que se ha sumido este país y seguimos la evaluación que hacen los políticos acerca del desarrollo de los acontecimientos, rápidamente nos damos cuenta que estamos respirando aires de rebelión. Y eso, es normal en cualquier sociedad donde los hombres que están en preeminencia. Bien sea gobernantes y líderes de la oposición no satisfacen las necesidades de las grandes mayorías.
Con toda seguridad sabemos, que nadie quiere formar parte de una rebelión que traiga funestas consecuencias para todo un pueblo. Ninguno quisiera estar en el ojo de un huracán social que avasalle con violencia las instituciones democráticamente establecidas. No queremos ser parte de la violencia, la intolerancia y la muerte de personas por lo general inocentes. Pero hay un enemigo de la Paz y de la Salvación que trabaja sin descanso en la mente de estos hombres, altos dirigentes del país para que no se pongan de acuerdo y estalle una rebelión. Ojalá Dios no permita que eso pase en nuestro país. Y nosotros los cristianos, debemos mantenernos en oración diaria, sin cesar, para que esto nunca suceda.
Este asunto de rebelarse contra la autoridad es una constante a lo largo de la historia de la humanidad, que ha traído dolor y sufrimiento a los ciudadanos del mundo. Y se mantendrá hasta el final de los tiempos. Sin embargo, el mayor problema del hombre no es ese. Su mayor problema es la rebelión del entendimiento, del corazón, a la obediencia a la Palabra de DIOS. Por cuanto esto, le traerá consecuencias eternales. Sucedió en el cielo mismo, donde la perfección era la esencia, vino la rebelión de un ángel de luz. Lucifer. Desconoció la autoridad del Creador y tuvo que ser excecrado a Tierra. Sucedió en el Edén, donde Dios era el Pastor, allí también se le rebelaron. Primero Eva, con su curiosidad y luego Adán, que la siguió. No consideraron las recomendaciones divinas, por lo cual fueron excecrados del santo recinto edénico también.
Hoy, la rebelión contra la Palabra de Dios y su obediencia. Es decir, contra la autoridad de DIOS continua. Muchas iglesias que se dicen cristianas no siguen a Cristo, lo cual es una enorme paradoja. Y no siguen a cristo, por cuanto no cumplen con sus mandatos. Encuentran cualquier razón para no hacerlo. Esto es muy peligroso y triste ya que los rebeldes serán excecrados finalmente de la Salvación y la Vida Eterna. Dios lo ha alertado a todo lo largo y ancho de las Sagradas Escrituras. «No todo el que me dice Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos». Mat. 7:21 Y «así será la venida del Hijo del Hombre. Entonces estarán dos en el campo; uno será llevado y el otro será dejado…» Mat. 24:39,40. Esto no necesita interpretación alguna. Ud. obedece la Palabra de Dios o sera acusado de rebelión. Entonces será dejado. Tan sencillo como se dice. ¡Hasta el martes Dios mediante! Próximo artículo Rebelión parte II
