Un estudio noruego dado a conocer el año pasado en la revista BMC Public Health analizó la diferencia en la incidencia de cáncer entre las personas casadas, las divorciadas, las que han enviudado y las solteras. Los resultados mostraron que los hombres que nunca se casan tienen un riesgo hasta un 20% mayor de fallecer a manos del cáncer que los que contraen matrimonio en algún momento de su vida.
En las mujeres, sin embargo, la diferencia es de solo un 5% entre solteras y desposadas, con menos riesgo también para estas últimas. Los resultados son independientes del órgano donde se localiza el tumor, de la edad o del nivel educativo, así como de la fase en que se encuentra el cáncer cuando se diagnostica.
“Las diferencias que hemos encontrado podrían deberse a que las personas casadas o que viven en pareja gozan de una mejor salud general en el momento en que son diagnosticadas de cáncer, así como a que siguen más ‘al pie de la letra’ el tratamiento que los solteros”, sugiere Astri Suse, coautor del estudio.
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