El raquitismo de los bates cardenaleros

La escasa producción de Cardenales se hace costumbre. Pasa de castaño a oscuro. Contra La Guaira apenas dos carreras y pérdida de una serie en la cual se agudizaron los problemas de bateo. La crisis en el ataque ha generado una epidemia en los barquillos. En declive toleteros como Héctor Giménez, Rangel  Ravelo y Elvis Escobar. Mientras, Juniel Querecuto no sigue al ritmo de las primeras semanas y Carlos Rivero no reacciona. Se fue media campaña y no hay soluciones a la vista para un raquitismo que tiene al club de colista en average colectivo.Cualquier desliz de los lanzadores o la defensiva pesa una tonelada porque no hay respaldo a la hora de hacer carreras. Ayer John Kuchno solo toleró un hit en cinco innings y apenas otro rival embasó por pelotazo. Su mejor actuación de la temporada pasó por debajo de la mesa. Y en el octavo los Tiburones voltearon la pizarra más por obsequio del rival que por empeño propio.El habitualmente controlado Thiago Da Silva llenó las bases con dos boletos y el sucesor David Goforth forzó el empate con otra transferencia, antes que Castillo produjera la diferencia con elevado a la derecha. Con poco denuedo la visita logró lo suficiente ante una escuadra cuyos bastiones andan desaliñados, haciendo swing a todo, con poca paciencia en el plato. A Lara le han ponchado a promedio de nueve en los cuatro últimos careos y ello toca las puertas de los responsables del bateo en la cueva. Se encontraron, de paso, con uno de los mejores tiradores del torneo, Willian Cuevas, autor de ocho fusilados en seis episodios.Se termina en quinientos la primera parte del campeonato y ello no puede ser satisfactorio tras haber armado un elenco que debió intimidar a los contrarios por una ofensiva que está raramente desaparecida, inusualmente detenida por quien esté al frente. Lo que parecía pasajero se ha hecho permanente y los remedios para la crónica enfermedad no se vislumbran. De paso, en la banca no parece haber muchas soluciones. La preocupación se hace crítica. Pronto estaremos en la recta final y se debe evitar la atropellada opositora al estilo de otros años. Cuidadito.