Ayer, cuando la calle Libertad del sector II de Los Libertadores todavía no se había quedado a oscuras, como ocurre cuando cae la noche por la falta de alumbrado público, dejaron un Daewoo Matiz gris encendido en la mitad del trecho con solo un ocupante dentro: Jesús Antonio Salas Rivero, un taxista de 32 años a quien abandonaron moribundo con un disparo en el costado.
Aproximadamente media hora, comentaron los vecinos, permaneció el hombre agonizando en el asiento trasero del vehículo que utilizaba para trabajar como taxista afiliado a una línea de Bobare. Algunos sostenían que llamaron a la estación de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) del barrio El Coreano para pedir auxilio, pero estos no atendieron. Otros residentes lo refutaron, pues, según ellos, nadie quiso ofrecerse voluntariamente a ayudarlo por temor y por ser un desconocido.
Por la parte del vehículo donde quedó el cuerpo se presume que al taxista lo condujeron en contra de su voluntad hacia el oeste de la ciudad para robarlo y, quizás, en un intento de defenderse, los victimarios usaron sus armas y dejaron huellas de la violencia en el cuerpo del taxista y en la ventana trasera del lado izquierdo perforada por una de las balas.
Solo la documentación personal halló el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) dentro de la cartera del occiso. Al parecer, estaba desprovisto de dinero u otros objetos de valor.