Hace 10 años atrás, con el propósito de responder a una invitación del Teatro Trasnocho en Caracas y hacer “público lo privado”, el reconocido dramaturgo venezolano Javier Vidal escribió una pieza de Up&down comedy que narra lo que mejor conoce, lo que más sabía en el momento y lo que estaba a flor de piel para escribir, de manera rápida y certera, una nueva creación teatral.
En el intento, Julie Restifo (su esposa), Venezuela, las altas y bajas de una historia de amor que hoy se acerca a los 33 años de vida conyugal, la sapiencia en torno al teatro y el trasfondo social, se conjugaron y dieron vida a una sintomática comedia que propone cosas de interés, que habla de la metamorfosis constante, que invita a la reflexión y busca, de manera desesperada, rescatar a los espectadores de la “frivolidad del olvido”, de la nostalgia y de las desavenencias.
En otras palabras, esta obra -que recientemente se presentó sobre las tablas del imponente Teatro Juares en Barquisimeto- no solo prueba que Javier y Julie son “Tal para cual”, al contrario, por la organicidad compositiva a la que apeló el autor al momento de escribir, la jocosidad, la intimidad y lo anecdótico, se permite hacer una analogía constante entre los cambios propios de un amor simple, humano y natural, con los momentos cruciales de una sociedad que se transforma día a día, que se ha visto sacudida por diversos sucesos económicos, sociales, políticos y naturales, y que necesita reinventarse, reconstruirse y transformarse.
-Tal para cual es un espectáculo nostálgico pero con hambre de futuro, así lo sugiere Vidal minutos antes de ceder la palabra a Restifo, es un espectáculo variado, un espectáculo donde se entra al mundo de la nostalgia y, minutos después, se entra a la risa (…) por eso es up&down, porque tiene esos puntos de quiebres, de dinamismo, que hacen que el espectador se conecte.
-Es una obra que sin ser histórica o socio-gráfica, te dice: “Venezuela (como la pareja que cuenta la historia) cambia, ha cambiado y seguirá cambiando (…) te educa de manera didáctica y te recuerda que la memoria es muy importante, que no podemos olvidar y que debemos conocer el pasado para entender el presente (…) es un espectáculo que sintetiza lo que nosotros hemos vivido y cómo los cambios sociales, políticos y económicos del país han estado vinculados con nuestra historia de amor”, así lo narró Restifo, serena, tranquila, con aires de esperanza en su mirada.
-¿Y de los temas claves de la obra, cuáles están vinculados directamente con su relación de pareja?
-JV: El principio de la obra es lo más biográfico, así, tal cual, comenzó nuestra relación. Yo era profesor de la Universidad Católica Andrés Bello, ella (Julie) era mi alumna y ahí nos conocimos. Primero fuimos maestro y alumna, luego fuimos amigos, después Julie fue mi asistente de dirección, luego pasó a ser mi amiga-confidente, y al final algo pasó… fuimos novios, nos casamos y hemos estado 33 años de esa manera (…) lo demás me encanta dejárselo a la imaginación, a la morbosidad del público que le gusta hacerse su propia historia, hacernos la propia historia e imaginarse lo que pudo y no pudo ser.
Ahora bien, lo que sucede es que el intercambio de opiniones, de ideas y misivas que se exponen entre Ella y Él durante la función, el tono humano de cada confesión, lo íntimo del momento, el desenfado que desparraman los actores, la introspectiva en la que sumergen al público y la gama de temas que se exponen; hacen cuesta arriba la asignación. La verdad, no es fácil descifrar qué cosas “no vivieron” los actores cuando la infidelidad, el sexo, el matrimonio y la reconciliación que se abordan allí, son temas tan comunes entre los mortales.
-En la obra, puedo contarte, está presente el tema de la infidelidad y las rupturas –comenta Restifo- y en una de ellas, en la que creíamos definitiva, un hecho determinante que sucedió en Venezuela marca el reencuentro, hace que renazca el amor y nos reconciliamos (…) un hecho con el que evidentemente la gente se conecta de inmediato porque eso mismo necesita el país en este momento: reconciliación
-Sí, es verdad, -continúa Vidal- es a partir del deslave de Vargas que los personajes se vuelven a unir (…) un hecho histórico y muy significativo para mí porque yo perdí familia en esa tragedia; entonces claro, yo que lo viví, que lo sentí, sé cómo transmitir esos sentimientos y por eso los tomé, los trasladé al personaje de Julie y los utilicé para que los personajes sintieran que se necesitaban otra vez, para que se dieran cuenta de que estaban solos y que tenían la posibilidad de unirse, de reconciliarse, tal y como lo debe hacer Venezuela en estos momentos.
-Fuera de la ficción de los personajes podrían decirnos ¿cómo se logra permanecer por tanto tiempo en el amor y en el matrimonio?
-JR: No hay un manual, una clave o un secreto (JV: si hay secretos, pero como son secretos no se pueden decir ja ja ja) yo solo creo que cuando dos personas están destinadas a unirse, así llueva, truene o relampagueé, esas personas se mantendrán firmes el uno para el otro (…) por eso el espectáculo se llama Tal para cual, porque aun cuando hemos tenido nuestras crisis, nuestros altibajos, es imposible pensar nuestras vidas con otras personas (…) en el amor, que además es cambio y sobrevivencia constante para poder enfrentar el devenir del otro, lo que hay que entender es que nunca somos iguales, que estamos cambiando siempre y que los cambios individuales afectan ineludiblemente a la pareja, por eso debemos tomarlos como una virtud y decidir acompañarlos en todo momento.
-Y si eso es así ¿cuál es el cambio más placentero que han vivido como pareja?
-JV: Hay un cambio muy placentero pero que al mismo tiempo, como era un cambio, produjo crisis: la llegada del primer hijo… ahí, pese a que el cambio representa una felicidad para el matrimonio, en lo particular uno dice: “¡cómo cambió esta vaina!” Y es que claro, un hijo es trascendental, es lindo, pero obliga a la pareja a cambiar y eso no es fácil; al contrario, hay que saberlo llevar… nosotros, por ejemplo, teníamos 5 años viviendo lindo y cuando nació el primer hijo muchas cosas cambiaron, la parranda, los viajes, la noche, la cosa (risas).
-JR: ¡Claro! antes éramos dos, ahora ya había otra persona que atrajo nuestra atención, que había que alimentar, nutrir, cuidar (…) y eso representa responsabilidad y adquirir la conciencia de la paternidad y la maternidad…
-¿Y cuál es el cambio o la situación más difícil que han tenido que vivir?
-JR: Pertenecen a nuestra intimidad y no nos interesa desplegarlas (…) lo único que puedo decir es que los cambios y las crisis existen (…) que son parte del proceso que viven los seres humanos y en el espectáculo lo podrán ver (…) por eso la obra, más que alejar a la gente, los acercará.
Lo que prueba que esta pareja, luego de tantos años de relación marital, de vida en el espectáculo y en la farándula venezolana, no se han desprendido aún de su condición humana, de su rol como personas y de su ciudadanía; al contrario, pareciera que la vida los ha fortalecido cada vez más, les ha colmado de carisma y les ha inyectado una gran dosis de nacionalidad, de compromiso y entrega con su gente; tanto así, que hoy, ante el eterno dilema de partir o quedarse en Venezuela, ellos apuestan por seguir en esta tierra tricolor y aportar, desde su arte y su talento, medios propicios para la reconciliación, el encuentro y la transformación que tanto anhelan los venezolanos.