Cremación toma auge pese a desaprobación de la Iglesia

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La Iglesia católica manifestó en un comunicado su rechazo a la cremación y a la disposición de las cenizas en los hogares, porque con ello se priva a los familiares de recordar y orar por su pariente, por el contrario, considera que el reposo del cuerpo sin vida debe ser en un cementerio o área consagrada.

El nuevo oficio del Vaticano, también rechaza repartir las mismas entre los dolientes o esparcirlas en agua, aire o tierra.

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Entre los venezolanos, esta práctica cada día se hace más frecuente. Frank Álvarez, supervisor del crematorio del Parque Cementerio Metropolitano, con 17 años en el área, dice que dos años atrás, los hornos crematorios se prendían cinco veces por mes, ahora puede tener hasta 60 servicios en un mes, incluso hay días en que crema hasta seis difuntos.

No es una eventualidad. Este auge tiene un trasfondo económico, y es que en el mismo parque cementerio, la disposición inmediata de una parcela tiene un costo de 430 mil bolívares, mientras que el servicio de cremación cuesta 88 mil bolívares.

En Lara se realizan servicios para difuntos de otros estados como Carabobo, su popularidad es tal que hay difuntos que son incluidos en listas de espera y sus familiares prefieren trasladarlos.

Álvarez dice que este método cada día se naturaliza, anteriormente sólo era practicado por familias no religiosas, ahora incluso los cristianos evangélicos la practican.

-Cada uno tiene un ceremonia diferente, los chinos se encierran en la sala con el difunto, dos horas antes de la cremación, riegan serpentinas roja, regalan comida y dulces a todos los presentes, incluso a nosotros los trabajadores; los babalaos también piden su tiempo, traen tamunangue y mariachis para despedir a su familiar, los más reservados son los católicos.

Proceso

Luego de esta despedida, el cuerpo es preparado para la cremación, que dependiendo de la contextura del difunto o la causa de la muerte, puede tardar entre dos y cuatro horas. Este es el proceso que las autoridades del Vaticano califican como “destrucción brutal”.

Larry Perdigón, auxiliar de la sala crematoria, explica que mientras más pesada sea la persona, más rápido es el proceso de incineración, y que aquellos que pasaron por procesos de quimioterapia o recibieron tratamientos para el VIH, tardan más en desintegrarse.

Luego de ser sometidos a las altas temperaturas en el horno, los fragmentos de huesos pasan por un pulverizador en donde terminan por convertirse en las cenizas, que finalmente son selladas en una bolsa plástica con un precinto de seguridad y colocadas en un contenedor, usualmente de madera.

Perdigón dice que las cenizas resultantes no son tóxicas, por eso suelen ser manipuladas por los familiares en la disposición final de las mismas.

Cualquier cuerpo puede ser incinerado, desde un cadáver que tenga al menos cinco años enterrado y sea exhumado para la cremación, un recién nacido o un anciano.

La única prohibición para realizar este procedimiento es que se trate de una muerte violenta, bien sea por arma de fuego o blanca, suicidio o accidente de tránsito de un determinado grado.

El supervisor del crematorio explica que en estos casos debe existir un permiso por Fiscalía, donde el familiar renuncia a las investigaciones posteriores a la cremación.

“Cada uno hace lo que quiere”

Lo más común es la conservación en los hogares, también el esparcimiento en el mar, el traslado fuera del país, el entierro de las cenizas o la colocación en cenizarios, también llamados osarios o nichos.

Este último es un servicio adicional que prestan algunos camposantos, en el Parque Cementerio Metropolitano tiene un valor de 80 mil bolívares aproximadamente. Frank Álvarez manifiesta que las familias optan por el nicho por considerarlos más seguros y porque tienen un lugar representativo a donde llevar flores.

La disposición de las cenizas en ambientes naturales no requiere un permiso especial, hasta ahora es la mera decisión del difunto o familiar de hacerlo.

Una joven a quien le entregaban los restos de su padre el miércoles en la mañana, dice que prefiere la cremación por considerarla menos desagradable que el proceso de descomposición de los cuerpos cuando son enterrados.

Ella había comprado el servicio con anterioridad, también le resultó más económico. Días antes del fallecimiento de su papá, le preguntó qué quería que hicieran con sus cenizas, su padre pidió no ser velado, sino que eligió un reencuentro familiar en el Parque Nacional Yurubí en San Felipe, le dijo que prepararan una parrillada y que todos sus familiares fueran felices, al final del día sus cenizas esparcidas en las aguas del río. “Así lo vamos a hacer”.

Respecto a la posición de la Iglesia católica sobre este acto, ella, creyente de Dios manifiesta que “cada uno hace lo que quiere, esto es lo mismo pero más rápido”

25 % de las cremaciones son posteriores a una exhumación

La empresa Sercrein C.A dedicada desde hace tres años a la cremación de los difuntos, ahora ofrece el servicio de exhumación y cremación, en alianza con la Alcaldía de Iribarren.

Se trata de un plan para desocupar espacios en el Cementerio Nuevo, ubicado en la avenida Florencio Jiménez y para evitar el desapego que los familiares suelen tener con sus difuntos.

En los últimos años, numerosas familias han optado por exhumar a sus seres queridos para trasladarlos hacia otros cementerios o cremarlos, por motivos de seguridad principalmente. Sin embargo, para muchos este proceso pudiera ser engorroso.

Gustavo Colmenares, representante de Sercrein, dice que la empresa se encarga de todos los trámites administrativos, e incluso obtener los permisos para realizar el procedimiento, que aclaró, no tiene riesgos de contaminación.

25 % de las cremaciones que se realizan en el país son posteriores a una exhumación, el cuerpo debe tener al menos cinco años enterrado.

Este servicio tiene un costo de 66.888 bolívares, incluyendo el cenizario, que ahora puede ser elegido entre varios modelos, los más modernos pueden ser colgados en la pared.

Respecto a la posición de la Iglesia sobre la cremación y la disposición de las cenizas en lugares sagrados, Sercrein considera que se trata de decisiones personales y que es el mismo proceso que la inhumación pero acelerado. “Hay estudios que demuestran que el familiar sólo viene al cementerio los primeros cinco años después de la muerte, luego pierden la costumbre y se crea un desapego, por ello se creó esta opción, que ya es muy popular en otros países y hasta ahora ha sido bien aceptada en Venezuela por familias de todas las religiones y creencias”.

En cuanto a la poca existencia de lugares sagrados para la permanencia de las cenizas, la empresa considera que las Iglesias ahora deberían abrir espacios para tenerlas, como lo indicó el Vaticano.

Por ahora sólo cuentan con un horno crematorio, pero que permite lograr hasta diez servicios diarios. Puede ser pagado con anterioridad y transferido a cualquier persona.
El único requisito necesario para iniciar el proceso es el acta de defunción de los familiares y conocer la ubicación de la parcela en el cementerio.

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