La experiencia y propios anhelos es lo que lleva a la superación del yo que fluye sin limitaciones cuando la vocación, pasión y fe en lo que se busca hacer, es sincero y verdadero. La aspiración es el alma de todo lo que el hombre forja.
A veces las normas no encajan en lo que se quiere hacer y más bien despistan, frenan y aturden; solo quien no teme exponer lo que le nace hacer así sean tonterías, ese es un ser absolutamente libre; quien se atreve a caminar por este sendero, va a donde quiera sobrepasando cualquier limitación. Nada es más satisfactorio que ser diferente en el campo de las letras y las artes en general. Escritores y pintores exponen aquello que mueve su corazón y los pone en acción, superando cualquier impedimento.
Lo esencial es el propósito que cada uno cobije en lo íntimo de su alma, de tener una vida digna y el cimiento que lo haga feliz. En su tranquilidad interna y en el gozo de ser él mismo se encuentra la felicidad que busca; es lo que los psicólogos llaman etapas de la óptima experiencia. Sentimiento de fuerza de la superación del yo limitado en el que el tiempo desaparece igual que los conflictos e impedimentos que tanto dañan. Es valiente quien puede huir de lo que le oprime, ser dueño de su destino y realizar sus sueños libremente. No hay nada más grato que romper las cadenas y tomar como bandera el camino de mañana, aunque ya no haya tiempo si no para morir tranquilo y en paz.
Lo acumulado mediante el aprendizaje, vivencias, emociones y reflexiones a través de la sensibilidad es lo que convierte a alguien en original, no de quienes acumulan más conocimientos si no de quienes observan más, participan, tienen expectativas, captan y procesan información de todo lo que les rodea.
Los años acrecientan la experiencia, la amplían y enriquecen; a la larga es esta la que hace al maestro. El extenso conocimiento que da la vejez, permite a los jóvenes mediante la experiencia de los mayores, comprender mejor las cosas, desarrollar el sentido común y discernir entre lo que es bueno y lo que es malo.
La creatividad es sinónimo del que construye la obra de su imaginación. Su sensibilidad lo lleva a ser más consiente de sí mismo y a vivir abierto a la emoción, a la intuición, a la curiosidad, al entusiasmo, libertad y a la perseverancia.
La pasión es el componente emocional que siempre está presente en la búsqueda y elección de su elemento, clave en pintores, poetas y escritores. Constancia, trabajo e investigación son característicos del nivel elevado del esfuerzo de quien busca salirse de la rutina. Siempre lo mismo aburre, ser uno mismo lo hace original, lo que hace y lo que piensa con su cabeza, es lo que lo hace diferente.
Hace falta mirarse dentro, despertar la esperanza, dar un paso hacia lo bueno y hasta hacia lo malo para hacer una obra en la que quepan todos, poder beber y dar de beber a otros la delicia de un alba que radie esplendores hasta la llegada del crepúsculo. En las obras de escritores y artistas se encuentra el más absoluto testimonio de su esencia humana, la incesante lucha de poder romper día a día venciendo la tupida telaraña del hastío y esparcir hasta años avanzados sobre el camino de otros el dulce sueño de la esperanza. Perfumes que no llegan, caminos que esperan, niebla que hermosea los paisajes son ese mundo que no todos aprecian ni ven. Indiscutiblemente somos producto de nuestras experiencias y vivencias personales, aunque para los demás hayamos sido apenas alguien que pasó de largo sin haber sido captado.