Desde la sede de Acción Democrática (AD) y acompañado del Movimiento Estudiantil, partió el equipo de EL IMPULSO a las 11:30 am hacia la Autopista Francisco Fajardo, a la altura de la base aérea militar La Carlota.
Sin piquetes de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) ni de la Policía Nacional que impidieran el paso, los estudiantes iniciaron su caminata de manera pacífica con consignas alusivas a la pronta salida de Nicolás Maduro de la presidencia.
Una vez llegado al punto de concentración, fueron recibidos por la sociedad civil, quien a toda voz los calificaba de jóvenes valientes que dan la cara por su futuro.
Minutos después, el secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Chúo Torrealba, inició su discurso para asegurar que era deber democrático darle continuidad a la agenda de la Asamblea Nacional, que el pasado domingo se declaró en rebeldía cívica y el martes, en sesión ordinaria, ordenó iniciar el procedimiento para determinar la responsabilidad política contra el Presidente.
Además anunció que este viernes 28 de octubre se hará una huelga nacional cuya duración será de 12 horas, en rechazo a la suspensión de la recolección del 20% del padrón electoral que hiciera el Consejo Nacional Electoral (CNE) por un presunto fraude cometido por la oposición.
Seguidamente tomó la palabra la máxima autoridad del Legislativo, Henry Ramos Allup, quien notando los ánimos caldeados de la militancia pidió calma pues no era un día para reaccionar con desasosiego cuando “tenemos la partida ganada”.
Indicó que cada factor que compone a quienes disienten del Gobierno han colocado la responsabilidad por encima de cualquier emoción, precisamente para evitar la pérdida de lo que ha costado tantos meses lograr.
Evitar el derramamiento de sangre
Subrayó que con la paz por delante y en compañía del pueblo, acudirán al Palacio Presidencial-ubicado al oeste de la ciudad- para “notificarle” a Nicolás Maduro que los venezolanos, fieles a sus principios democráticos, habrían decidido declararlo responsable políticamente de la ruptura del hilo constitucional.
Incitando a la calma, Ramos Allup advirtió que solo habría que esperar ocho días, pues no se podía tomar una ruta incierta o desviar repentinamente los objetivos que causaran el derramamiento de sangre venezolana; a su juicio, no solo debe ser un compromiso asumido por la vocería política sino también por la ciudadanía que abiertamente ha manifestado su incomodidad con ambas parcialidades.
En ese sentido se expresó el gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski, quien advirtió que “los ocho días” solo significaban un plazo para el Ejecutivo, quien a su consideración, debía volver a la legalidad para garantizar la paz de los venezolanos.
“O restituyen el hilo constitucional, cesa el Golpe de Estado y la violación a los derechos humanos o el día 3 de noviembre todo el pueblo venezolano se viene para Caracas porque vamos a Miraflores”, sentenció.
En apoyo a su compañero de liderazgo, enfatizó que el político debe llevar a su gente a un “puerto seguro”.
“No me pidan que haga las cosas contrario a lo que somos. Yo no soy golpista ni guerrillero, yo soy demócrata y por Venezuela me las juego”, dijo en referencia a la posibilidad, que asomaban los militantes, de tomar las adyacencias del Palacio de Gobierno este miércoles.
No vamos a Margarita
El también excandidato presidencial, dejó muy claro al oficialismo que no asistirán al presunto diálogo que se instalará en la Isla de Margarita, luego de que el enviado por el Papa Francisco, monseñor Emil Paul, lo anunciara ante la opinión pública.
Dijo específicamente a Nicolás Maduro que en lugar de hablar, “ordene” a la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, establecer en las próximas horas la fecha para que los venezolanos estampen sus huellas y manifiesten su deseo de revocar el mandato presidencial.
“Si ustedes mantienen la actitud golpista, la próxima semana viene la responsabilidad política y el abandono de cargo y junto a eso, un pueblo movilizado”, puntualizó.
La jornada de protesta en Caracas culminó pasadas las 2 de la tarde con los ánimos aún caldeados por las pocas expectativas que el pueblo logró cumplir.