Se calcula que por lo menos 48 horas tenía muerto José Castellanos, de 62 años, cuando su nieto adolescente lo encontró, ayer por la tarde, dentro de su casa, situada en la calle 8 esquina de la calle 4 del sector Valle Lindo II de la parroquia El Cují, al norte de Barquisimeto.
El jovencito observó con extrañeza no haber visto a su abuelo en todo el día, igual que los vecinos, quienes dejaron de verlo pasar por las calles conduciendo una bicicleta, como solía hacerlo cotidianamente. Por eso, decidió llamarlo en la puerta y al no tener respuesta se asomó por una de las ventanas de la casa rosada habitada únicamente por el sexagenario. Le llamó la atención también un olor desagradable que salía del interior del inmueble.
Se alertó con la escena que tenía ante los ojos. Objetos esparcidos por el suelo y entre el desorden, el cuerpo de su abuelo ensangrentado producto de unas seis heridas en varias partes del cuerpo que, posteriormente, supieron que habían sido hechas por un arma blanca, presumiblemente un destornillador.
Su única hija, quien vive en la vivienda contigua a la de Castellano, no tuvo valor para entrar a la morada de su padre. Pero, por el vistazo de algunos habitantes de la zona se supo que entre el caos faltaban los instrumentos musicales utilizados por Castellano para dar clases a los niños y jóvenes de Valle Lindo y para tocar con el mariachi del cual era guitarrista. Faltaba también un DVD y un televisor.
El sábado, fue el último encuentro entre padre e hija. Ese día, dijo la mujer, lo notó tranquilo y no le manifestó ninguna preocupación.
Amenaza
Datos extraoficiales apuntan a que el o los victimarios no solo dejaron el interior de la casa hecha un desastre, pues antes de marcharse dejaron puesto sobre el cadáver un cartel con el texto “Por deberle al hampa”.
Su familia desconoce a qué se deba este detalle porque “no se metía con nadie”, afirmó su hija.
El occiso, presuntamente, tenía vínculos con la banda “El Jhon Alex” a la cual también, supuestamente, pertenecía el adolescente de 17 años baleado este domingo en la Intercomunal Barquisimeto-Duaca.
Homicidios en los cuales los autores dejan mensajes como supuestas pistas de las razones del crimen se han registrado en Venezuela, por lo menos, ocho casos este año. Pero ninguno de este tipo en Lara.
Uno de los más recientes sucedió el 6 de septiembre en Las Casitas de Guatire, en el estado Miranda, donde encontraron dos hombres decapitados y con las cabezas dentro del estómago. “De los violadores nos encargamos nosotros, sigue la película de terror”, advertían el trozo de cartón.
Antes, en julio, hubo un caso similar, pero en el estado Bolívar. Allí, los homicidas aparte de decapitar dejaron una nota para la banda “El Tren de Caicara”. En mayo, ocurrió otro en Guarenas y las víctimas fueron baleadas. Los primeros hechos de esta clase fueron en Caracas y Aragua entre marzo y abril.