La mejor salida de Néstor Molina en esta campaña no tuvo apoyo de los maderos. Sus primeros seis innings fueron resaltantes, con cuatro hits y una carrera que entró por error.
Quizás no debió salir para el séptimo y, menos, encarar a Gabriel Noriega luego de que le pegaron dos cohetes. Un doble que fletó el par decisivo fue la respuesta a semejante riesgo. En medio del revés la rehabilitación de Molina es otra buena noticia para el mejor cuerpo de abridores del campeonato.
La irregular ofensiva de Cardenales no ha sido cónsona con el trabajo de una rotación firme. Ayer se movió la mata al sentar Dorante a Carlos Rivero e Ildemaro Vargas, sumidos en una prolongada crisis, y aprovechando la llegada de Héctor Giménez. Los movimientos no se tradujeron inmediatamente en satisfacción.
Nunca se ligó más de un imparable por entrada y la rayita se anotó por un error. Hay situaciones verdaderamente anormales. Vargas esta sin hits en trece turnos y hay varios paleadores que no superan los doscientos de promedio. Claro, no es fácil lidiar con dos importados, Ford y Hunter, que salen de la banca sin resultados positivos. La inconsistencia del ataque hace que Lara no logre ensamblar más de dos triunfos al hilo. Bravos tuvo pitcheo de gran calidad.
Matt Tracy con cinco episodios en blanco y tres relevistas que solo recibieron un hit en cuatro innings, desquitándose Luis Ramírez de su mala salida anterior. Descansar a titulares pudiera ser el remedio preciso. La banca a veces cura los slump. El único club en el cual los abridores están de sobra hasta seis episodios, vuelve a quedar un juego por debajo de .500. Jhon Kuchno será el encargado de subir al montículo en la primera visita de la campaña al José Bernardo Pérez.