Gracias a la presión del pueblo de Guarico en el municipio Morán del estado Lara y el trabajo de inteligencia de la policía regional, fue capturado la noche de este viernes el padrastro, violador y homicida de una pequeña de tres años de edad quien falleció, el pasado 7 de octubre, producto de una golpiza que le propinó Joel Antonio Yépez Alvarado (41).
El tipo se encontraba escondido en un rancho, ubicado en una zona montañosa del sector El Silencio, en Morán, pero fue encontrado por Polilara, en acciones lideradas por el comisionado Aníbal Granados, una semana después del fallecimiento de la infante.
Al menos unas 300 personas de la localidad, según informó el subdirector de la Policía del estado Lara, Argenis Montero, firmaron y entregaron a todos los cuerpos de seguridad un documento en el que exigían la aprehensión del hombre que etiquetaron como el Monstruo de Guarico.
La mató a punta de golpes
El atroz crimen tuvo lugar el miércoles 5 de octubre, cuando la madre de la chiquilla, Elena Coromoto Gil, de 28 años de edad, salió de su hogar (en el caserío Cerrito cercano al cementerio) cayendo la noche a comprar una masa de maíz para hacer unas arepas. El mismo Yépez Alvarado le había asignado el mandado.
Cuando llegó, consiguió a la niña llorando porque efectivamente el Monstruo de Guarico la había golpeado, aunque no supo si fue con sus propios puños.
La mayor parte del día siguiente, la hoy difunta estuvo jugando tranquilamente, pero a las 7:00 p.m., comenzó a vomitar y evacuar de manera alarmante y tuvieron que trasladarla hasta un centro asistencial de la zona. Estaba deshidratada y en dicho lugar no tenían los insumos necesario para atenderla.
El padre biológico de la niña, al saber que estaba enferma, fue quien se ocupó de llevarla hasta el Hospital Pediátrico Agustín Zubillaga en Barquisimeto, en donde estuvo hospitalizada, hasta que lamentablemente falleció en horas de la madrugada del viernes 7.
Una vez que la observan de manera más detallada, vieron con preocupación numerosos hematomas en diversas partes del cuerpo y otros signos del síndrome de niño maltratado. Fue el propio padre quien comenzó a sospechar del padrastro de la pequeña.
Gil detalló a EL IMPULSO para entonces, que en la mañana Joel Antonio le preguntó por la niña y cuando ella le dijo que había muerto, este se molestó, se alteró y dijo: “¿Cómo vamos hacer? Dígame que no tenemos nada de plata”.
Luego, salió de casa con la excusa de que iba a buscar dinero para todos los gastos, pero no supo más de él hasta este viernes.
Planeó violarla
Según la autopsia realizada a la infanta, además del traumatismo craneoencefálico cerrado, presentó lesiones en sus partes íntimas, aunque no hubo desgarre.
El abuso sexual se registró cuando la madre salió a comprar masa para las arepas. El sitio era bastante retirado y eso le dio tiempo para hacer sus fechorías y a pesar de que la mujer negó saber de los actos lascivos, confesó todo sobre los maltratos.
Se conoció que, entre los múltiples maltratos que había sufrido la pequeña, el delincuente hace un tiempo atrás agarró un machete para cortarle el cabello a ella y a su hija de 8 años.
Sabía todo pero era amenazada
Gil reveló a los medios de comunicación tras la defunción de la chiquilla, que su pareja siempre la amenazaba con matarla si a ella se le ocurría denunciarlo, y como ella cree que la policía del pueblo no hace nada, mantuvo silencio ante los abusos.
Con voz entrecortada y con ganas de llorar, relató que la maltrataba a ella y también lo hacía con sus hijos. La niña de ocho años (de ambos) recibía golpes con frecuencia. Hace dos meses le ocurrió lo mismo a la hija de un año de edad, a quien el Monstruo de Guarico llegó a fracturarle una de sus piernitas.
Los cinco descendientes de la mujer eran maltratados, hasta los tres que no eran de él, pero Yépez tenía un “apego especial” con la pequeña que terminó matando.
La chiquilla de tres años no podía pasar frente a sus ojos porque, sin razón alguna, le soltaba un golpe. Normalmente la mandaba a acostar “a punta de palo” y a veces, cuando la veía tranquila jugando la maltrataba porque “le provocaba”, según explicó Elena Coromoto. Eso era puño cerrado constante contra la criatura, la mayoría de veces por el abdomen.
La mujer fue trasladada hasta la sede del cuerpo detectivesco. Trascendió que hasta horas de la tarde continuaba siendo interrogada por el suceso.
Comunidad consternada
La población de Morán, abrumada por lo sucedido, exigió de manera organizada con protestas y reuniones con los cuerpos de seguridad del Estado la captura de quien señalaban como el autor del crimen. No estaban equivocados.
No obstante, a pesar de la manifestación ávida de justicia frente a la comisaría de Polilara, la orden de captura en contra del Monstruo de Guarico no se libró sino hasta el 13 de octubre, cinco días después del deceso.
Se supo que Joel Antonio fue puesto a la orden de la Fiscalía 20 del Ministerio Público en el estado Lara, a cargo de Andreina Árias.
