Luego de la confrontación que se suscitó el pasado miércoles 12 de octubre entre los trabajadores informales del centro de Palavecino y efectivos de la policía regional, el alcalde de este municipio, José Barreras, aseguró que la acción ejecutada por parte de la alcaldía “no fue un desalojo sino una reestructuración del mercado itinerante” ubicado en el centro de Cabudare.
“El motivo de esta acción, que además se hizo de forma pacífica, respetando el derecho al trabajo que tienen todos los ciudadanos y con la intención de encontrar soluciones asertivas, era suprimir la anarquía que ha estado imperando en este mercado (…) una anarquía que afecta a los buhoneros, a los vecinos del sector y, por supuesto, a todo el municipio”, así lo enfatizó Barreras al asegurar que el mercado se mantendrá activo y que se regirá por los cánones que acordó la entidad.
“Lo único que hicimos fue pedirle a algunos trabajadores informales que se movieran 3 o 15 metros (dependiendo de su ubicación) para despejar dos de los corredores viales más importantes del centro de Cabudare (calle Guillermo Alvizo y calle La Cruz), algunos vendedores se movilizaron sin problema y ya están trabajando, pero otros no quisieron hacerlo e insistieron en mantener la anarquía y el relajo”, indicó.
Por esta razón, aprovechó la oportunidad para denunciar “las ventas ilegales de puestos” que se están desarrollando dentro de la economía informal y reiteró que las aceras, calles y avenidas de la ciudad “no son propiedad privada para que unos señores, que además no son de Palavecino, las estén vendiendo en 60 u 80 mil bolívares”.
Ante esto, el llamado que hizo el alcalde para solventar la situación fue la promoción y consolidación de un mercado itinerante de altura, seguro, limpio y organizado “como cualquier otro mercado itinerante a nivel nacional e internacional”, un mercado itinerante que dé muestras de ciudadanía, del que puedan sacar provecho todas las partes y que no le haga daño a nadie.
Sistema de cloacas en Villa Esperanza
Durante el día de ayer el alcalde de Palavecino también inauguró el sistema de cloacas de la comunidad Villa Esperanza en Cabudare. Una obra que benefició a 183 familias y que fue posible gracias a los esfuerzos mancomunados entre Hidrolara, el sector privado, la comunidad organizada y la alcaldía.
“En esta obra se hizo una inversión de 13 millones de bolívares aproximadamente pero pudo haber sido más (…) Lo que sucede es que se contó con el aporte del sector privado, de Hidrolara, la alcaldía y de los habitantes de Villa Esperanza”, así espetó Barreras al inaugurar la primera etapa de este empotramiento de aguas servidas.
Los aportes de hidrolara fueron los 800 metros de tubería de 8 pulgadas, 15 conos, 16 cilindros, un topógrafo y el asesoramiento técnico; la alcaldía donó la maquinaria, el cemento, la arena lavada, la piedra picada y el granzón y la comunidad aportó el entusiasmo y la mano de obra de todo el proyecto, así lo informó el ingeniero José Meléndez, quien también estuvo presente durante la inauguración.
Los vecinos agradecieron la iniciativa y el alcalde se comprometió a seguir con estos trabajos en las comunidades Villa Esperanza II y III y Siete de octubre, y afirmó que queda pendiente la asignación de la propiedad de las tierras, trabajar en el alumbrado eléctricos, las aceras y el asfaltado.
Posiciones divergentes
Al mismo tiempo en el que se desarrolló la inauguración de las cloacas en Villa Esperanza y el alcalde ofreció sus declaraciones en torno a la situación de los mercados itinerantes, un grupo de buhoneros “afectados” por las medidas de Barreras se avocó a las instalaciones de la alcaldía en Palavecino para quejarse y solicitar respuestas.
Anuar Almazán fue uno de los que dijo presente y solicitó que la diatriba se resuelva de manera oportuna, digna y ventajosa para todos pues, a su juicio, no se están velando por los derechos y garantías de los trabajadores.
Así mismo, en la manifestación estuvieron presentes algunos vecinos del sector quienes apoyaron las medidas de Barreras y aseguraron que “es lo mejor para todos”; lo que prueban que existen distintas posiciones y argumentos al respecto y que su evaluación está sujeta a discrepancias. Genny Álvarez, habitante de La Mora, fue una de las que expresó su apoyo al alcalde y aseguró que el mercado necesita orden y “mano dura para la anarquía”.
