Desde hace un mes el Sistema Integral de Control Alimentario (Sunagro) se dirigió a las instalaciones de Empresas Polar en Yaracuy a realizar una inspección que concluyó con la solicitud semanal de nueve gandolas para abastecer al Centro de Distribución Socialista dentro del estado.
Aníbal Solipa, gerente de planta de Empresas Polar, asegura que semanalmente son distribuidos tres camiones a la gobernación de Yaracuy y que simplemente no podían despachar la cantidad solicitada porque se vería comprometido el despacho a lo largo de 11 estados.
Para el día martes, un grupo liderado por Yosmary Guevara, alcaldesa del municipio Trinidad del estado Yaracuy, mantuvo bloqueados los accesos a la planta ubicada en Chivacoa, impidiendo el despacho de 1.092.000 kilos de harina P.A.N hacia clientes y centros de distribución. Aquella situación finalizó con el traslado de dos gandolas al Servicio de Abastecimiento Yaracuy para suministrar a los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).
“Estas actuaciones afectan el abastecimiento de harina precocida de maíz en un momento en el que todos debemos estar abocados a garantizar la producción y el abastecimiento de alimentos sin interrupciones”, enfatizó Solipa.
Según un trabajador de Empresas Polar que no quiso ser identificado, el grupo liderado por Guevara fue a exigir una mercancía que habían cancelado en un cajero automático, en el número de cuenta de la empresa, pero no existía ninguna cotización por parte de la organización.
“Ellos no aceptaron que les devolviéramos el dinero, simplemente nos arrebataron dos gandolas con 57.600 kilos de Harina P.A.N., perjudicando nuestra labor”.
“Bachaqueo corporativo”
El día de ayer en el estado Yaracuy se inició el plan de Cosecha de Maíz 2016, en el marco de la Gran Misión de Abastecimiento Soberano. En todo el mes de octubre trabajarán en las 20.240 hectáreas financiadas por el Gobierno, en donde obtendrán más de 5.000 kilos por hectárea de harina de maíz precocida que serán arrimados a los silos de Agropatria.
El gobernador del estado Yaracuy, Julio León, manifestó que Empresas Polar no destina ni un solo centavo a la producción primaria y que ante eso, Polar debía seguir con el ejemplo de Agropatria.
“Empresas Polar es una organización bastante cuestionada en nuestro estado por la falta de solidaridad con el pueblo. Ellos semanalmente producen 7 millones de kilos de harina de maíz precocida y de aquella cifra solo les exigimos el 3%, que equivale a nueve gandolas, para distribuirlos a los CLAP”, expresó León.
Detalló que desde hace un mes fue cancelado el monto de los camiones, pero la empresa se negaba a despacharlos; en efecto, se dirigieron a “exigir justicia” por sus propias manos.
“Son unos bachaqueros, los hemos agarrado con las manos en la masa vendiéndoles a empresas fantasmas. En el centro de acopio encontramos 85.000 kilos de alimentos que no tenían registrados”.
Así mismo anunció que crearán un decreto regional para exigir a todas las empresas ubicadas en Yaracuy que cumplan con los requerimientos mínimos, de no ser así, serán objeto de detención e intervención.
“El Estado tiene la potestad ante un decreto de la situación de emergencia económica. El que no tome por delante el bienestar del pueblo, simplemente se verá con la justicia”, reiteró León.
CLAP
Según la máxima autoridad en el estado Yaracuy, los CLAP benefician en promedio a 60.000 familias semanalmente. Así mismo indicó que en el último mes la cifra había mermado por la falla en la distribución de alimentos por parte de Empresas Polar.
No obstante, en un recorrido realizado por periodistas del Diario EL IMPULSO, al pueblo de Chivacoa, se pudo constatar que los habitantes de la zona tienen más de tres meses sin recibir la harina de maíz precocida en nombre de los CLAP.
María Abreu es una persona de la tercera edad que tiene una hija con discapacidad y todas las semanas se dirige a los abastos de la zona en búsqueda de qué alimentos llevar a su hogar.
“Esta semana no me quisieron atender el día que vendieron Harina P.A.N porque no me correspondía el final de mi número de cédula. Ellos saben que tengo una hija discapacitada, pero igualmente no quisieron venderme aunque fuese una sola harina. Es la única opción con la que cuento porque tengo más de tres meses esperando que los CLAP nos entreguen de nuevo el producto. ¿Cómo puede hacer uno para alimentarse si en los abastos no se consigue nada y los CLAP que debería ser un auxilio para nosotros tampoco funcionan?”.