“Dos ideas emprendedoras, no serán jamás iguales entre ellas”. Anónimo
Cada aventura emprendedora, tiene al inicio la idea de comprometerse para producir bienes y ganancia, creando trabajo para ellos y posiblemente para otros. Esa idea no nace de la nada. Es la expresión de aspiraciones, que a veces permanecen por mucho tiempo no expresadas, como aquella de no depender de otros para el propio trabajo o de valorar la propia capacidad de hacer cosas que interesan y en las que reconocerse.
La idea que exprime el deseo de convertirse en emprendedor es fundamental, pero por si sola no basta; se convertirá en una buena idea emprendedora, solo si se llena de un contenido especifico con las características necesarias para ser el fundamento de una buena empresa.
Entonces, ¿cuáles son esas características?
Las ideas emprendedoras no son buenas o malas como tales, pero se convierten por aquello que encienden, en el que se la toma en serio y en quien podrá usar los productos o servicios ofrecidos por la eventual empresa que los hará realidad.
Esto significa que, si una persona de frente a una idea piensa: “Me gusta, es precisamente aquello que deseo realizar, quiero hacer mi empresa”, entonces esa idea comienza a convertirse en una buena idea, no importa cuan nueva o original sea.
Si después, revisando la idea de manera critica, a lo mejor inclusive confrontándola con otros y otras, esa persona puede afirmar en forma suficientemente documentada, “Se puede hacer!”, entonces esa idea se convertirá en una óptima candidata al título de “Una buena idea”.
Cuando estas dos condiciones se realizan, es decir, si la idea genera pasión y es realizable, se convierte toda en uno con quien se empeña en realizarla. Desde ese momento la idea y el potencial emprendedor inician un intenso y comprometido camino común. La empresa que nacerá tendrá las características tanto de la idea como del emprendedor que la adopta y por tanto será única.
Por tanto, para obtener el título de una “Buena Idea Emprendedora” falta una ultima cosa: encontrar un contexto en donde los productos o servicios objetos de la idea, provoquen en muchas personas el verdadero deseo de tenerlos.
Definitivamente, esta última condición es extremamente importante: ninguna empresa podrá tener éxito si el productos o servicios que ofrece, gustan mucho al emprendedor, pero no son capaces de interesar verdaderamente a los clientes potenciales. Por esto, como parte integrante y no secundaria de cada buena idea emprendedora, es la caracterización de los potenciales clientes a los que la futura empresa buscará de manera particular.