#opinion: Alzando la voz – A casa llena por: Rafael Díaz Blanco

El 7 de octubre jugaremos a casa llena. Ha sido un juego complicado.
El dueño del equipo oficial, lo es también de la pelota, los bates, los guantes y el estadio. Designó los árbitros y fijó la fecha del juego. Controla la taquilla, las trasmisiones y es el jefe de los custodios. Sin embargo, su equipo ha envejecido. Luce desgastado, enfermo, lento, con exceso de peso y de ingesta de estimulantes. Se han quedado los peores jugadores, los que no tienen otra opción.
Después de catorce años lanzando el pitcher estrella ha perdido visión, reflejos y velocidad. Sus movimientos son torpes. No puede dejar el partido. No tiene relevo.
Entre sus fanáticos hay frustración, preocupación y miedo. El entusiasmo e invencibilidad de ayer es un recuerdo. Ahora, solo intentan aterrorizar al adversario, pero cada día lo logra menos. Su juego Caribe se ha descubierto tramposo. Al violar constantemente las reglas se han hecho indignos del juego, del fair play que a todos gusta.
En el equipo democrático la situación es diferente. La convicción de la victoria ha ido desplazando al miedo. Hay algarabía y entusiasmo.
Luce cohesionado y dispuesto a cobrar la victoria. Con pronósticos muy adversos, su manager lanzador ha resultado una excelente elección. Es un pitcher joven, con experiencia y ganas de ganar. Tuvo excelentes
resultados en otras ligas. Ahora, en las mayores demuestra repertorio y movimiento de la bola. Escucha a partidarios y asesores. Ha afianzado la unidad de un equipo heterogéneo con variadas y disímiles
cualidades. Veteranos y novatos están jugando juntos y bien.
Se esperan resultados excelentes. El árbitro trabaja a favor del equipo oficial, pero desconfía de la obediencia de los custodios, si ocultan u alteran los resultados. El soberano está atento y los custodios estarán observándolo. Les preocupa una alta participación y disposición que los obligue a respetar al soberano. Tratarán de obedecer al árbitro y al jefe, pero cuidando de que la tribuna no se les venga encima, acabe con ellos y con el juego.