#RevistaGala Mónica Montañés: “Creo que la vida sería insoportable sin un poco de humor”

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Cada historia de amor es única e irrepetible y aunque en algunas se sienta el amargo de lo cotidiano y en otras se contemple lo bonito de ilusionarse, en todas hay alegrías, tristezas, nostalgia y también humor. Así son las de una simpática escritora caraqueña, que enamora con sus líneas y que nos acompaña en esta edición. Conozca más de ella, quizás usted sea el personaje que falta… en el próximo libreto

Su mamá le enseño a amar el arte, su papá le dio estructura y ambos le inculcaron el amor por las letras. De pequeña jugaba con la imaginación hasta que comenzó a escribir cuentos; de grande y con un camino andado, concibe historias inspiradas en la vida real. Su nombre es Mónica Montañés, una comunicadora social nacida y criada en Caracas, que consiguió entre líneas y personajes, su verdadera pasión. Conozca de cerca a una extraordinaria mujer, en un capítulo especial que hemos titulado: “Las novelas de una soñadora”

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¿Cómo llegas a escribir telenovelas?

Pues, primero ejercí el periodismo y cubría las fuentes de cine y teatro para El Diario de Caracas. Allí entrevisté a Mimí Lazo quien me dijo que soñaba con hacer un personaje más parecido a  ella en la vida real: madre soltera, trabajadora, que mantenía a su hija, a su mamá y a sus hermanos, como tantas mujeres de este país. Yo, me tomé su pedido como algo personal y le escribí el monólogo “El Aplauso va por Dentro”. Esa obrita fue lo primero que escribí, mi Ópera prima, la que nos cambió la vida  y con la que entendí a lo que quería dedicarme el resto de mis días, y resultó que, al estreno de la obra, asistió César Miguel Rondón. A él le gustó mucho mi trabajo y me preguntó si quería ser dialoguista en Venevisión en una telenovela de Ibsen Martínez,  le dije que sí y comencé a aprender este maravilloso oficio, que amo y del cual vivo.

Profesionalmente hablando, ¿Te preparaste para ello?

Me preparé muchísimo. Estudié Comunicación Social y me gradué en mención Audiovisual, pero mientras cursaba la carrera hice montones de cursos. Estudié Actuación en el Celcit, Fotografía en el Instituto Newman y Guión cinematográfico con David Suárez y Jean Claude Carriere. Me inscribía en todos los talleres que veía para completar mi formación, y leía y leo muchísimo. Los escritores tenemos la suerte de poder tener a nuestros maestros en la mesita de noche.

¿Cuáles fueron las primeras y qué tal la experiencia?

La primera telenovela en la que trabajé como dialoguista, fue “El perdón de los Pecados” de Ibsen Martínez, de quien aprendí el valor del espectáculo, a no conformarme nunca con escribir una escena correcta, y a fajarme escribiendo y reescribiendo hasta lograr que cada escena sea espectacular. De ahí, pasé a ser dialoguista de Leonardo Padrón en “Contra Viento y Marea” y en “El País de las Mujeres”, el me enseñó el valor de la palabra, del diálogo, a esforzarme siempre por luchar contra el lugar común y a darle la vuelta a cada frase para que sea inolvidable. Luego, escribí junto a César Miguel Rondón: “Frenesí”, “Guerra de Mujeres” y “Las González”, a cuatro manos. Rondón me enseñó a diagramar, a construir personajes entrañables, creíbles, verdaderos, me regaló todas sus valiosas herramientas en el oficio. Como verás, tuve mucha suerte porque más que jefes tuve maestros, de manera que cuando me dieron la oportunidad de escribir mi primera telenovela que fue “Voltea pa´ que te Enamores”, tenía una base muy sólida que me permitió creer que sí podría hacerlo.

Coméntame sobre tu proceso creativo

Primero me viene una idea o imagen sobre algo que quisiera contar y paso mucho tiempo dándole vueltas en mi cabeza antes de sentarme a escribir. Voy creando los personajes, inventándoles biografías e investigando sobre los trabajos a los que se dedican. Luego, les invento el cuento completo sobre lo que les va a ocurrir, lo presento a la gerencia del canal y una vez aprobado, me pongo a trabajar. Trabajo diez o doce horas al día, diagramando los capítulos, escribiendo las escenas. Escribo, escribo y escribo. Este trabajo es mucho más de escribir y escribir que de inspiración. Como dicen: si la musa te va a llegar, que te encuentre escribiendo.

Supongo que todas tienen lo suyo, pero… ¿Cuál ha sido la pareja más romántica y los personajes mejor caracterizados?

Amo a todas las parejas que he escrito en mis telenovelas, pero creo que la más romántica fue la de Yamilet (Sabrina Seara) e Ignacio (Eduardo Orozco) en “Válgame Dios”. Ellos fueron para mí los protagonistas perfectos porque el tamaño de su amor era tan inmenso, como inmenso era su impedimento. Y los personajes mejor caracterizados son muchos, entre ellos: Gladis (Mimí Lazo), Eglée (Elba Escobar), Rómulo (Carlos Mata), Matilde (María Antonieta Duque), Pascuita (Sonia Villamizar) y Dileidy (Daniela Alvarado) de “Voltea pa´ que te Enamores”; Margot (Mimí Lazo) y el muchachito (Adrian Delgado) de “Vieja Yo”; y Gamboa (Ricardo Álamo) y Marbelis (Carlota Sosa) de “Válgame Dios”.

¿En qué te inspiras para cada historia?

Me inspiro en la vida real. Hablo mucho con la gente, las entrevisto aun cuando no se den cuenta de que los estoy entrevistando, me la paso escuchando cuentos. Pienso que todas las personas, bien vistas, pueden ser grandes personajes y que todo lo que ocurre puede ser una gran escena. Me gusta mucho retratar la realidad y que la gente que ve mis historias pueda identificarse con mis personajes.

¿Cuál es el ingrediente que no puede faltar en ellas?

En todo mi trabajo el ingrediente que no puede faltar es el sentido del humor. Me gusta mucho hacer reír y sonreír a la gente. Creo que eso lo tengo desde que era muy niña, porque la situación que vivía en mi casa era muy dramática, muy dura, mis papás sufrieron mucho y yo me esforzaba por hacerlos reír o sonreír, para aligerar un poco la cosa. Supongo que desde entonces me quedó esa necesidad.

He visto que te gusta mucho tratar temas relacionados con el empoderamiento de la mujer, ¿Por qué?

Siempre me han interesado mucho las injusticias que históricamente hemos vivido las mujeres y todo lo que nos ha costado alcanzar un poquito de igualdad de derechos. Además, vivimos en un país de mujeres que sacan adelante solas a sus familias y en el que hay un porcentaje escalofriantemente alto de embarazo adolescente. Eso me parece gravísimo. Por eso siempre escribo personajes de mujeres que estudian, que trabajan, que sueñan y persiguen sus sueños. Que no centran su vida únicamente en enamorarse y tener hijos, sino que se enamoran y tienen hijos, pero también tienen sueños de realización personal y se planifican de manera responsable.

Mi esperanza es que estos personajes sirvan de ejemplo a esas niñas, a esas muchachas, para que estudien y trabajen antes de embarazarse, para que solo piensen en tener hijos cuando puedan mantenerse por ellas mismas. Que quieran ser como mis protagonistas, que sueñen con ser felices junto al hombre que aman, pero también lo sean en sus trabajos o  estudios; los hombres pueden irse, pero la carrera y el trabajo se quedan siempre y es eso lo que nos permite ser independientes y dueñas de nuestro destino.

También existe una crítica hacia diversos problemas sociales en tus líneas, ¿De qué manera los reflejas?

Siempre toco temas sociales en mis telenovelas.  Además del empoderamiento de la mujer y del embarazo adolescente, planteo la paternidad irresponsable y la violencia doméstica. La telenovela es esencialmente entretenimiento, pero también puede ser un medio muy efectivo para dar buenos ejemplos e información. Lo hago poniendo a personajes de mis tramas a vivir situaciones como ésas.

Además de escribir telenovelas también haces historias para las tablas, ¿Cómo te ha ido con eso?

Estoy en el mundo del teatro desde hace más de veinte años. De hecho, empecé en él antes que en la televisión. Siempre que puedo, escribo teatro y ahora incluso he dirigido dos de mis piezas para el microteatro y se han montado fuera del país. Lo amo, creo que es la base de todo.

¿Qué crees que diferencia el teatro de la pantalla chica?

Pues la mayor diferencia es el contacto directo con el público. En el teatro tienes a la gente ahí, cerquitica, puedes ver sus reacciones a tu trabajo, oír su risa, ver si se conmueven, escuchar los aplausos o no. Es mágico porque además cada función es distinta, el público no reacciona nunca de la misma manera y eso modifica el trabajo de los actores. Además, es más íntimo y puedes tocar temas de maneras muy distintas a cómo los desarrollas en una telenovela.

La otra gran diferencia es la cantidad de público. El teatro llega a pocas personas, la telenovela a millones a la vez. Y por supuesto, el tiempo, en el teatro tienes que contar todo en una hora, máximo dos, en cambio la telenovela tiene que ser un cuento que dure más de ciento veinte horas y tienes que contarlo de manera que el público te acompañe cada día.

Más de cerca… ¿Quién es Mónica?

Pues soy una mujer que trabaja muchísimo, que ama su trabajo y a sus hijos. Soy madre las 24 horas del día. Esa es mi vida: mis hijos, escribir… y mis amigos, que tengo pocos, pero maravillosos. Y dos ex maridos (risas)

Ahora que hablas de tus hijos, ¿Cómo te la llevas con ellos?

Me llevo súper bien con mis dos hijos: Alejandra, que tiene 24 años y es actriz, y Tomás que tiene 12 años y quiere ser chef o inventor de juegos de computadora. Ellos son la esperanza, eso significan para mí, la esperanza de que el ejemplo que les doy los estimule a cumplir sus sueños.

Danos algunos detalles sobre tu próximo dramático, ¿Qué tiene de diferente?

Se llama “Para verte Mejor” y estoy feliz porque me saca totalmente de mi zona de confort. Tiene cinco grandes historias muy románticas, pero también mucho suspenso y hasta momentos de pánico: cuenta con el villano más malo que he escrito jamás, un psicópata estafador y asesino que es brillante y me obliga a mí a tratar de ser tan brillante como él en cada capítulo. Es una telenovela muy mía en el sentido de que tiene personajes entrañables con los que todos se van a poder identificar y situaciones muy graciosas, pero el mismo tiempo tiene situaciones aterradoras que yo jamás había escrito. Me encanta lo que estoy haciendo con los libretos, con el equipo de producción y con el elenco que tengo. Además, la receptividad de Venevisión ha sido maravillosa, hay una gran esperanza en este proyecto.

Planes a futuro, ¿Dentro o fuera del país? y ¿Qué tienes en mente?

Bueno, ahorita estoy metida de cabeza en la escritura de la nueva telenovela. Con respecto a mis planes, a futuro inmediato son en el mundo editorial, ya que hay dos cuentos infantiles de mi autoría que están a punto de salir con dos maravillosos venezolanos que los están ilustrando, más un libro de adultos que tengo rato escribiendo y que espero poder terminar pronto.

Con una gran sonrisa

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¿La historia perfecta?

La que tienes en mente

¿Televisión o teatro?

Las dos cosas me fascinan

Un escritor…

Andrea Camillieri

¿Amor a primera visto y  por los siglos de los siglos?

¡Solo en telenovelas! (risas)

¿Eterna juventud o años de experiencia?

Ambas

Caracas para ti

Una ciudad donde puede pasar cualquier cosa, incluso nada.

¿La musa de la actuación?

Mimí Lazo

 “La vida es maravillosa porque está llena de grandes historias”

 

 

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