Venezuela asumió este sábado la presidencia del Movimiento de Países No Alineados (NOAL) por un período de tres años, en momentos en que sufre una de sus peores crisis económica y política.
Al inicio de la XVII Cumbre de los NOAL, que se celebra en Isla Margarita, en el Caribe de Venezuela, el presidente iraní, Hasan Rohani, entregó al mandatario venezolano, Nicolás Maduro, la presidencia temporal de este bloque, surgido hace más de medio siglo, en el apogeo de la Guerra Fría.
«Espero que con el esfuerzo y el compromiso de las autoridades de Venezuela en esta gran responsabilidad, seamos testigos del fortalecimiento del Movimiento. Sin lugar a dudas» así será, manifestó Rohani en su discurso en la plenaria, según la traducción simultánea.
El presidente socialista venezolano asume la presidencia del bloque en un contexto de adversidad, confrontado al malestar popular y con una creciente presión internacional ante la severa crisis interna.
Golpeada por el desplome de los precios del crudo, Venezuela, el país con las mayores reservas petroleras del mundo, sufre una severa crisis económica que disparó la impopularidad de Maduro: la carencia de alimentos y medicinas es del 80% y la inflación llegará al 720% este año, según el FMI.
La reunión, de dos días, está marcada por la fuerte polarización en el país petrolero, donde la oposición, a la que el gobierno acusa de planear un golpe de Estado con la ayuda de Estados Unidos, urge un referendo para revocar el mandato de Maduro como salida a la crisis.
Surgido como alternativa a la bipolaridad de Estados Unidos y la Unión Soviética, el Movimiento NOAL reúen a 120 naciones y 17 observadores. A la Cumbre en Margarita acuden además los mandatarios de Zimbabue, Cuba, la Autoridad Palestina, Ecuador, Bolivia y El Salvador.
Los países NOAL representan casi dos tercios de los miembros de la ONU y albergan 55% de la población mundial. El 80% de las reservas mundiales de petróleo están en países de la OPEP, miembros plenos del Movimiento.