Chávez tiene pueblo y Capriles tiene más pueblo. Los efectos políticos de la elección del 7 de octubre no estarán determinados por el hecho, hoy conocido, de que Henrique ganará esta contienda. Lo que habrá esa noche será una decisión militar que, de ser equivocada, generará una masacre. La oposición saldrá a la calle si la atropellan, pero ese no será el fin sino el comienzo de la jornada.
Si el CNE comete fraude, lo que vendrá será horrendo. En minutos, las calles del centro de Caracas se llenarán de gente celebrando el triunfo de Chávez. Del otro lado de la ciudad, Capriles dará una rueda de prensa y convocará a los venezolanos a la calle. En cuestión de horas, habrá dos masas humanas contrapuestas y radicalizadas, en cada ciudad de Venezuela. El 7 de octubre será un reto para la FAN, porque la seguridad estará seriamente comprometida.
Para Chávez el asunto es complejo. Matar a la oposición no le garantiza el triunfo y supone deslegitimar la elección. Además, esa es siempre una orden peligrosa porque presiona a la FAN al límite del desconocimiento. Le queda, entonces, recurrir a la misma estrategia que tanto le ha servido en momentos críticos (¿se acuerdan del paro?), desgastarnos por cansancio. Sabe Dios cuantos días, semanas o meses pasará la gente en la calle. Los procesos pacíficos de liberaciónde Europa del Este pueden ser más ilustrativos que los del Medio Oriente, porque nosotros no estamos armados.
Si yo fuese usted, Rectora Lucena, me lo pensaría dos veces. Es muy fácil que al chavismo se les salgan de control sus grupos armados, lo que generaría un caos que acabaría para siempre con el PSUV. No tienen ninguna garantía de sus paramilitares no comentan tonterías, porqueustedes se encargaron de que la FAN no mantuviese el monopolio de las armas. Los generales rojos tienen que decidir si masacrarnos y pasar el resto de sus vidas en prisión o reconocer y esperar a las próximas elecciones. Al fin y al cabo, el país no se acaba el 7 de octubre. @yongoicoechea