El mundo en su constante evolución ha generado problemas de carácter global en materia del medio ambiente y es que debido a que el hombre ha aprovechado mal los recursos naturales y renovables ha generado un desequilibrio ambiental, un boomerang que va contra el mismo ser y por ello en esta última década se ha registrado desastres que provocan alteraciones concatenadas en el resto de la realidad ambiental.
Carora no escapa de este gran problema, ya que se encuentra en una de los sitios donde hay más desarrollo de actividades humanas del país y donde existe mayor concentración de población, esto debido a la dinámica poblacional de Venezuela, trayendo consigo un degaste y alteración el medio ambiente.
Estas tierras son ricas para la producción agrícola, que sirve como medio sustentable para su población. En su casco rural existe una gran desertificación, como consecuencia de que se encuentra en una de las áreas de mayor predominio xerófilo y ausencia de precipitaciones, rico en fauna y flora; sus habitantes han sufrido por la falta de agua, que no llega casi al 60% de la población tórrense. Zonas como «La Otra Banda”, llamada así por todos los caroreños, es unas de las tierras más productivas de la región en materia agrícola, pero es allí donde más se hace prominente la falta de suministro de agua, importante para el impulso de esta región, vital para la población.
Entre las políticas más importantes que debe desarrollar el gobierno municipal y que va desde la responsabilidad del alcalde Edgar Carrasco hasta de los ediles, están: promover el rescate de plazas y áreas verdes, que por muchos años se ha venido olvidando, pues son los principales pulmones vegetativos de nuestra ciudad. Hemos venido observando que en nuestras plazas se ha perdido gran recurso natural. Muchos árboles han sido talados y es necesaria la reforestación, el rescate de áreas verdes para el libre esparcimiento. Hoy en día las plazas en Carora se prestan para actos políticos y no para la propagación de programas de conservación del medio ambiente y libre esparcimiento de la familias.
También hemos podido observar que muchos de los vendedores de comida rápida y transeúntes depositan a diario bolsas de basura y otras son lanzadas en la vía. El artículo 19 del proyecto de Ordenanza de Convivencia Ciudadana, se sanciona la disposición inadecuada de desechos con una multa que va de una a cinco unidades tributarias, o la realización de trabajos comunitarios.
En cuanto a los ente responsable de programas ambientales, como Imauto o Hidrolara, uno alega que no cuenta con unidades de recolección por la escasez de repuestos, ni con un presupuesto suficiente para promover un programa de higiene y salud en el municipio; y el otro se presta para dejar daños en las vías públicas cuando ejecuta alguna sustitución de tuberías. Últimamente en los medios de comunicación, comunidades reportan cada día deficiencias de ambos servicios.
Carora merece que la cuidemos, que aportemos ideas, que rescatemos el sentido de pertenencia de nuestra comunidades, desde nuestro hogares hasta las escuela. Debemos ser más atentos a la educación de nuestros niños y jóvenes, tenemos que promover un ambiente libre de contaminación, así como gozar del esparcimiento público y de las virtudes que nos brinda la naturaleza.