Cabudare es la ciudad venezolana con la mayor concentración de urbanismos clase media de Venezuela, tiene además condiciones climáticas y topológicas envidiables, lo que la convierte en un espacio residencial de continuo crecimiento.
Desde hace algún tiempo también destaca la expansión de áreas comerciales y de asistencia médica que conforman en su conjunto una plataforma de servicios ciudadanos adecuada a los niveles socioeconómicos de sus habitantes. Es posible que a esta pujante ciudad le hagan faltan espacios culturales y recreativos propios para tener mayor autonomía frente a Barquisimeto, con la cual conforma un conurbanismo simbiótico y productivo.
Pero todas estas ventajas se vienen al suelo debido a una carencia grave que actualmente confronta esta ciudad y es que no cuenta con el servicio de un cuerpo de Bomberos operativo. Si algo es básico para una ciudad cuyo nivel de vida se soporta en múltiples servicios como el gas, la gasolina, la electricidad y otras fuentes de energía inscritas dentro de las variables de riesgo para la ocurrencia de accidentes, como explosiones e incendios, es contar con un equipo bomberil bien dotado y bien adiestrado.
Lamentablemente ahora, y ojala sea temporal, Cabudare tiene una Estación de Bomberos cuyo único servicio que presta es recibir llamadas y luego reportarlas a los bomberos de Barquisimeto o al 171 Sus tres ambulancias están dañadas, los dos cisternas parados, uno por falta de batería, la camioneta de rescate sin motor, la camioneta de coordinación accidentada. Les quedaba una moto y hace pocas semanas se las robaron en la madrugada, junto a una bomba de agua, un televisor, la computadora y el celular propiedad del agente de turno, quién además recibió unos cachazos en la cabeza.
Pero no tiene como finalidad este artículo hacer una denuncia ni buscar las implicaciones políticas que esta carencia ciudadana pueda tener, se trata simplemente de poner sobre el tapete de la opinión pública un grave problema que atañe en lo colectivo y lo individual a todas las familias que comparten residencia en Cabudare.
Seguros estamos que muchas empresas, industrias, comercios, clínicas, abastos y negocios de todo tipo, al igual que condominios y familias en particular, estarían dispuestos a sumarse a una cruzada pública de donaciones con el objeto de reactivar un servicio básico que los defienda frente al fuego y cualquier otro evento que ponga en peligro su vida y sus bienes.
Por supuesto que la primera responsabilidad recae en hombros de la Alcaldía y el Concejo Municipal, no obstante no basta que la comunidad les exija respuestas frente a este problema, es indispensable que haya una suma de voluntades para financiar este servicio que ha entrado en déficit absoluto.
Los bomberos por su parte están deseosos de contar con los recursos necesarios para prestar el servicio estipulado en los manuales, con todo y que no tienen cestatiket y ni siquiera han disfrutado del aumento de mayo, siendo su sueldo doce mil bolívares mensuales.
Cabudare es una ciudad pujante y en continuo crecimiento. Sufre la crisis económica nacional con igual rigor que todas las ciudades venezolanas pero todos quienes viven y trabajan en ella tienen la responsabilidad de realizar un esfuerzo para recuperar un servicio fundamental e indispensable como el que presta el cuerpo de bomberos.
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