Hace algunos días el alcalde Alfredo Ramos estuvo en el parque El Cardenalito del Este para anunciar una serie de obras de remodelación que allí se iniciarían a propósito de un plan de recuperación.
Para los vecinos de urbanizaciones cercanas, así como para quienes de otros sectores acuden al mismo a caminar, esos 36 millones de bolívares invertidos redundarían en beneficios para todos pues recuperarían la belleza del espacio.
Sin embargo, para quienes, procedentes del centro, llegan a Barquisimeto, El Cardenalito del Este da muy mala impresión por el deplorable estado en que se encuentra en la parte baja.
Para comenzar, prácticamente todas las lámparas al borde de la autopista desaparecieron por la acción de vándalos que las han destruido a punta de piedras, botellas y hasta balas.
Debido a la falta de alumbrado, el parque, en la parte baja, hacia la avenida, de noche no es nada agradable. De día, se observa un mal aspecto porque tampoco le han dado mantenimiento a lo que hasta algún tiempo fueron áreas verdes.
A causa de la carencia de un necesario sistema de riego, todo está seco, incluyendo la maleza que ha crecido de manera alarmante, cubriéndolo todo y haciendo desaparecer las plantas ornamentales que, por la falta de agua, se secaron y no han sido sustituidas.
Incluso, el cuatro gigante, emblema de la ciudad de Barquisimeto, luce deteriorado y si no se toman medidas pronto también será cubierto por la maleza que del lado de la autopista se extiende por todo el parque.