Durante la Feria Artesanal de Tintorero, que concluyó anoche, la mayoría de los expositores quedaron insatisfechos con respecto a las ganancias que esperaban obtener pues las ventas estuvieron muy por debajo de las de años anteriores.
“El año pasado estuvo bueno, y el anterior mejor, pero este ha sido el peor porque las ventas han estado demasiado flojas”, reveló Flor Alba Bautista, quien, procedente del municipio Simón Planas, participó vendiendo brazaletes, pulseras o zarcillos que su familia elabora.
Durante el mediodía del domingo aún tenía esperanzas de que mejoraran las ventas en la tarde, durante las últimas horas del evento.
En la misma situación se encontraba Naileth Flores, también procedente de Simón Planas, quien vendía cajitas de madera Contra, igualmente elaboradas por la familia.
Ambas agradecieron al alcalde Fermín Marín su colaboración con el pago de los puestos y el transporte, lo que les redujo en algo los gastos y las pérdidas.
Se quejaron por las dificultades para conseguir los insumos para sus trabajos.
Tampoco había vendido mucho Oblen Segundo Rodríguez, en su puesto de piezas precolombinas de cerámica elaboradas en su taller de Quíbor.
“Este año la cosa está muy mala; la crisis nos está afectando a todos y la feria no se salvó”, dijo mientras veía pasar las personas que miraban las piezas en exhibición pero seguían de largo, sin comprar nada. La mayoría de los artesanos participantes en el evento exteriorizaba su desánimo por los negativos resultados luego de una semana de expectativas.
“Yo pensé que entre sábado y domingo podíamos recuperarnos, pero nada ,porque, aunque llega la gente, no compran; apenas los artículos pequeños, porque son más baratos”, manifestó Santiago Pernía, otro artesano.
Como siempre, los puestos de las hamacas multicolores llamaban la atención de los visitantes, aunque pocos compraban pues los precios se han incrementado mucho debido a que los artesanos deben adquirir la materia prima, concretamente los hilos, en el exterior, sin dólares preferenciales.
Algunos de los expositores atribuían la disminución de visitantes, en parte, a la medida tomada por los organizadores de cerrar los accesos al poblado para obligar a los visitantes a dejar sus vehículos, pagando, en improvisados e inseguros estacionamientos sin ninguna garantía, lejos de los comercios.
Además, creen que no hubo la suficiente promoción a través de los medios de comunicación para incentivar a residentes en Lara y otras entidades, sobre todo las vecinas, a acudir a Tintorero cuyas ferias ya poseen fama nacional por su variedad artesanal.