De la mano del astro Neymar, Brasil ganó por primera vez la medalla de oro en el fútbol de los Juegos Olímpicos, el único título que le faltaba en su palmarés, al vencer a Alemania 5-4 por penales (1-1 en 120 minutos), en la final de Rio-2016, una especie de bálsamo para olvidar el 7-1.
Renato Augusto, Marquinhos, Rafinha, Luan y Neymar convirtieron sus ejecuciones, mientras Matthias Ginter, Serge Gnabry, Julian Brandt y Niklas Suele convirtieron por los germanos. El golero Weverton atajó el cobro de Nils Petersen.
En el tiempo regular, el ‘menino’ de tiro libre a los 27 minutos, y Maximilian Meyer, a los 59, habían marcado lo goles.
Con un récord de cinco títulos mundiales en su vitrina, Brasil nunca había podido conquistar una medalla de oro en Juegos Olímpicos.
Hace cuatro años, en Londres, la seleçao, con Neymar todavía en el Santos pero en la carpeta de los grandes clubes de Europa, estuvo cerca de lograr la dorada, pero terminó perdiendo la final con México.
Brasil también se llevó las preseas de plata de Los Ángeles-1984 y Seúl-1988.
Quién más sino Neymar para llevar a Brasil al Olimpo e inmortalizarse en el templo del Maracaná. El ‘menino’, el elegido por ‘O Rei’ para heredar su trono, anotó el decisivo penal para desatar el delirio de los 75.000 torcedores.
También en sus pies el astro abrió el camino al título a los 27 minutos con un cobro perfecto de tiro libre, que se hizo más espectacular con el vuelo estéril de Timo Horn, para abrir el marcador de un partido en el que Alemania salió a recordarle a la seleçao el cuento de terror del 7-1.
El 1-0 le cayó a Brasil en un momento de gran necesidad, porque los germanos le habían tomado la medida al juego e incluso estuvieron más cerca de irse en ventaja, de no ser porque el horizontal decidió ensancharse ante un bombazo de Brandt.
Astro iluminado
Pero cuando el astro está iluminado no hay quien logre pararlo. Lo sufrió Dinamarca, luego Colombia y ni se diga Honduras. ‘Ney’ frotó la lámpara y salió un golazo de su botín derecho. ¡Carnaval!. Y celebración a lo Bolt que lo aplaudía en la tribuna.
El gol provocó la furia alemana y apunto estuvo del empate a los 37 con un cabezazo de Bender que reventó nuevamente el horizontal, un susto que se repitió a los 41 con un misil que Weverton paró sobre la misma línea de sentencia.
Alemania terminó mejor la primera parte, convencido de que el empate llegaría en cualquier momento, y apareció a los 59 con Mayer en un remate fuerte dentro del área grande después de que Walace y Marquinhos erraran en sendas entregas de pelota.
El fantasma del 7-1 estaba más vivo que nunca y se paseaba campante por el Maracaná.
El partido entró en un ida y vuelta vertiginoso, con ataques de ambos bandos, pero la puerta no se abrió y dio paso a la prórroga, en la que no se hicieron daño.
Llegarían los penales y el destino quiso que Neymar fuera el dueño de la noche. El ’10’ no quería más desgracias para Brasil. No un ‘7-1’ olímpico, ni mucho menos otro Maracanazo.
Ejecutó con clase al palo contrario del vuelo de Horn y gol. Medalla de oro para Brasil. El cielo para Neymar.