Usain Bolt logró el triple-triple. Con el triunfo de Jamaica este viernes en los relevos 4x100m consiguió su tercer oro en las pruebas de velocidad de los Juegos de Rio-2016, como lo había logrado en Pekín-2008 y Londres-2012.
El jamaicano consiguió el último oro, el noveno de su carrera, el que le llevaba a la eternidad, con suficiencia. Agarró el testigo que le daba Nickel Ashmeade casi emparejado con sus rivales, y empezó a sacar ventaja para ganar (37.27) y dejar a unos tres metros a Japón, sorprendente segundo clasificado (37.60), plata.
Estados Unidos, el rival humillado una y otra vez en la velocidad de los últimos años, caía avergonzado a la tercera plaza (37.62). Pero el castigo fue mayor, al ser descalificado por entregar un testigo fuera de zona y tener que ceder el bronce a Canadá (37.64).
Antes de Ashmeade y Bolt, habían comenzado el trabajo Asafa Powell y Yohan Blake.
Bolt lograba su sexto triplete de 100, 200 y 4×100 metros, ya que también los consiguió en los Mundiales de Berlín-2009, Moscú-2013 y Pekín-2015.
«Estoy feliz y orgulloso con lo que he logrado. La presión existía, pero me gusta sentirla. Es todo una hazaña. Lo que he logrado es irreal», dijo Bolt.
«Les dije a los chicos que íbamos a ganar. Soy el más grande», añadió la estrella jamaicana.
Y el triplete lo logró en la patria de Pelé, el mítico futbolista brasileño que también está unido al número tres, como Bolt, al ser el único jugador que ha logrado tres Copas del Mundo.
Bolt tiene tan mal acostumbrado al mundo del atletismo que la sorpresa, lo anormal, habría sido que no hubiera logrado el triplete. El ingenio ya no da para buscar más superlativos que adornen sus gestas.
En Rio-2016, pese a haber llegado con dudas tras temporadas mediocres, Bolt demostró que se crece en las grandes citas, como lo había hecho en los Juegos de Londres-2012 y en los Mundiales de Moscú-2013 y Pekín-2015.
En la ‘Cidade maravilhosa’ no hizo grandes marcas. En 100 metros logró 9.81 en la final y 200 una marca de 19.78, lejos de sus records del mundo de 9.58 y 19.19.
Pero ya no gana con la contundencia que lo hizo en los Juegos de Pekín-2008 y el Mundial de Berlín-2009.