La peculiar manera de aumentar el salario mínimo y el complemento del bono para alimentación, pero hacer los anuncios respectivos con más de dos semanas de anticipación, ha hecho que el mercado dispare la inflación, que ya es desesperante.
Pero, sin haberse concretado esos anuncios ahora sale el viceministro del Trabajo, José Ramón Rivero, declarando por televisión que es posible que haya otro aumento, dizque para contarrestar la denominada “guerra económica”. Esta forma de hacer política lo que produce es pánico entre los trabajadores, cuyos salarios y bonos alimentarios se convierten en sal y agua.
Al formular estas consideraciones Froilán Barrios, integrante del Frente Autónomo en Defensa del Empleo, Salario y Sindicato (FADESS), asegura que el Gobierno, en material salarial, en vez de beneficiar cada día afecta más a los venezolanos.
La forma de tomar decisiones inconsultas, sin ningún de reflexión, ni revisión, ni planificación, hace que los decretos salariales decretados por el Ejecutivo Nacional en lugar de dotar de poder adquisitivo a los trabajadorfes, lo que ocasiona es un perjuicio muy grave, porque cada vez alcanza menos para comprar siquiera los alimentos.
La muestra más reciente es el año 2016: febrero, marzo, mayo y ahora. El salario mínimo ha subido de 9.649 bolívares a 22.575 bolívares con 73 céntimos. Y la cesta ticket será de 42.480 bolívares.
Pero, eso no alcanza para nada porque todo lo devora la inflación, expuso. De nada vale que se aumente el salario mínimo nominalmente y el complemento del bono para alimentación si no se toman medidas que controlen la inflación.
Mientras no sea detenido el proceso inflacionario, todo contrato colectivo y cualquier aumento generalizado de ingresos no tendrá impacto positivo en el poder adquisitivo del trabajador. Van más de 40 aumentos salariales en 17 años de régimen, pero ahora los trabajadores viven peor que cuando se instaló este modelo de gobierno en el país.
Al día de hoy la canasta alimentaria está sobre los 300 mil bolívares mensuales y la básica supera los 500 mil bolívares al mes. Los 65 mil bolívares del aumento integral tendrían que multiplicarse casi 8 veces para que pueda cubrir las necesidades básicas del trabajador.
En Venezuela, los aumentos salariales en vez de producir alegría, lo que ocasionan es pánico por las condiciones volátiles en que está la economía del país.