La Asociación Civil de Promoción de Inversiones del Estado Lara (Proinlara), arribó a un cuarto de siglo desde que Rafael Marcial Garmendia la fundó. Su directiva recordó la fecha, la tarde de ayer, en el Teatro Juares, arropada en aires de optimismo junto con sus afiliados y aliados institucionales.
Quien preside esta organización, Antonio Morales, partió de la convicción de Proinlara de creer en el producto elaborado en este suelo y en la necesidad de empujar las buenas ideas con los pensamientos y acciones entusiastas.
“Nosotros seguimos trabajando en positivo, no trabajamos en negativo. Las pocas cosas que podamos hacer de forma positiva para confrontar la situación y seguir impulsando a nuestros empresarios las seguiremos acogiendo en nuestro seno”, asumió el ejecutivo.
Hacia el mismo blanco apuntó el presidente de Fedecámaras Lara y directivo de Proinlara, Alberto Gámez. “Todavía creemos en nuestro país”, afirmó y muestra de esa fe indestructible es, según dijo, la disposición del gremio de continuar apostando mediante proyectos de emprendimiento y otros más ambiciosos como el sistema hidráulico Yacambú y fortalecer el aeropuerto internacional Jacinto Lara con el establecimiento de una aduana.
Ser optimista inteligente
En comunión con el pensamiento de Proinlara, que llega a 25 años de labor en un momento crítico para todo el país, se presentó como orador de orden el expresidente nacional de Fedecámaras, Jorge Roig. Sus palabras más que ser un discurso fueron un coctel dosificado con razones por las cuales vale la pena no bajar los brazos.
Sin intensiones de bosquejar un panorama fantasioso, como bien lo demostró en el camino de su alocución, desgranó ante los invitados por qué no practica un optimismo común sino uno inteligente.
La clave es no negar la realidad. Además, impera “curarse de varias enfermedades”. A una la bautizó como la “esquizofrenia” en alusión a las excusas que vienen concentradas en frases como: “Es que yo no puedo”, “Es que no tengo ganas” o “Es que yo soy así”.
Por ser testigo del ADN creativo de los nacidos en este país es también un firme creyente de sus capacidades. Por eso, más que quejas, dijo, lo urgente es explotar esas habilidades.
Otra “enfermedad” que contamina al ciudadano ahora, prosiguió, es ver amenazas donde no las hay. “Siempre nos imaginamos un peligro y esto nos paraliza” y así, además generarse estrés, se escapan oportunidades.
Reinstitucionalizar al país; fomentar la competencia entre los productores, emprendedores y empresarios; renovarse a través de la educación sobre nuevas tecnologías porque, “el mundo ahora compra conocimiento y no sudor” y atender con medidas efectivas la pobreza es, en el análisis de Roig, parte de la ruta a seguir por el Estado o el próximo Gobierno para revertir los daños.
A las reflexiones de Roig le sucedió la entrega de la Orden Juan Jacinto Lara al empresario Giuseppe Lombardo, la cual fue recibida por su hijo Vicente Lombardo. De forma colectiva fueron reconocidas empresas, instituciones y medios de comunicación, entre estos EL IMPULSO, por los aportes dados a la región.
Fedecámaras, la Cámara de Comercio e Industriales, Cámara Inmobiliaria de Lara, Cámara de Turismo de Palavecino, Corporación de Turismo del Estado Lara, Fundaescucharte y Universidad Yacambú fueron algunas de las instituciones premiadas.