Ciudadano:
Debemos defender nuestra Venezuela, sea cual sea el coste, debemos luchar en las colas de los alimentos, debemos luchar en las colas de los bancos al sacar plata -que ya no lo es-, debemos luchar en los gremios y sindicatos, nunca nos debemos rendir.
Napoleón Bonaparte nos dejó una lección que hoy, deberíamos hacerla nuestra en Venezuela: «La gente a la que debes temer no es aquella que está en desacuerdo contigo (los del desgobierno) sino aquellos que están en desacuerdo (con el desgobierno) pero son cobardes para decirlo».
Los militares no comienzan las guerras. Los políticos comienzan las guerras cuando les dan a los militares cargos propios de los civiles y se sirven de ellos para atemorizar a los ciudadanos.
Ante los fracasos de la «guerra económica» que proclamó Maduro, adjudicándosela a los que pensamos diferente por demócratas de vida y de acciones, consecuencia de las expropiaciones, de los fracasos en casi todas las empresas que intentaron gestionar, inventan el CLAP y ponen al frente de esta «tabla de salvación» a un militar. ¿Cree usted que el tal militar logrará salvar del naufragio económico a la farsa del socialismo del siglo XXI?
Hace años el penúltimo «gendarme necesario» que surgió consecuencia de la degeneración de los políticos, devenidos politiqueros olvidándose de su papel de «servidores» de sus ciudadanos, el tal Chávez dijo esta frase que grabé y recogí de la prensa: «El que no es chavista, no es venezolano» y el tal Maduro la ha llevado a la práctica con el CLAP, dejando a millones de ciudadanos venezolanos en la inopia al no formar parte de las comunas dizque socialistas, porque sin son aceptadas por el presidente, no van al baile de la recepción de la bolsa de comida.
¡Qué bien cumplen, aunque no lo hayan leído, lo que alguna vez oyeron de SunTzu: «El arte supremo de la guerra es someter al enemigo sin luchar», o a Tolstoi: «Los dos guerreros más importantes son la paciencia y el tiempo»…, cánsalos, diles una y otra vez «quiero el diálogo», quiero la paz, de cara a los gobiernos pero no diálogo con mis ciudadanos opositores.
Yo, como ciudadano pienso que lo opuesto a la guerra, económica o no, no es la paz, sino la «reconstrucción» de Venezuela, porque ninguna guerra de cualquier nación y tiempo fue declarada por sus ciudadanos, pues hay causas por las que merece la pena morir, pero no por las que merece la pena matar. ¿Sabes, ciudadano, cuántos ciudadanos fueron asesinados en el año 2015? Entra en internet, léelo y revisa desde 2002. ¿Crees justo que unos desgobernantes se burlen de ti pidiendo diálogo, e inmediatamente negándose a hacerlo?
«Una nación que continúa año tras año gastando más dinero en defensa militar que en programas sociales, se están acercando a la perdición espiritual», nos dejó como legado Martin Luther King Jr.
En Venezuela tenemos ejemplos de virtudes cívicas en los jóvenes de varias generaciones: la del 1928, la del 1945, la de 1957-58, la del 2007. Todos esos jóvenes fueron los que lucharon, sufrieron y murieron, porque los dirigentes de los partidos políticos se olvidaron de crear y construir «generaciones de relevo».
Si todos los ciudadanos «luchasen por su propias convicciones, no habría guerras», afirmaba León Tolstoy y… «La paz no se puede mantener por la fuerza. Solo puede ser conseguida por el entendimiento. Los pioneros de un mundo sin guerra son los jóvenes que rechazan el servicio militar»(Albert Einstein). Se que hay adultos que son jóvenes con conciencia de ciudadanos que quieren lo mejor para Venezuela. ¿Eres tú uno de ellos?
