Esta es respuesta a la carta de un lector.
“Mi deber es informar de todo lo que se dice, pero no estoy obligado a creerlo todo igualmente”. (Heródoto)
Mi primera escuela cimentó la base que me hizo profundamente curiosa, observadora, reflexiva, escrutadora del gran universo de la naturaleza fecunda y del ser humano, pero es a través de los libros, en los que he conocido lo diverso, la belleza, paisajes nunca imaginados, otras historias, las luchas, fortalezas y debilidades del hombre, crecimientos, bretes, avatares y sueños de mi propia vida. Aprendí a cerrarle caminos al hastío, ampliárselos a los gratos momentos, aprendí a ser yo misma, a fortalecer y defender vida, fe, brío, conciencia, pensamiento y libertad contra cualquier opresión. Le crecieron alas a mi mente que aprendió a volar a inconcebibles alturas.
Todo tiene un principio y un final en la vida y en el saber:
En todas las civilizaciones el saber ha ocupado sitio destacado. Desde los albores de la humanidad el hombre ha conservado sus principios, tradiciones y conocimientos adquiridos de los ancestros, los que se fueron trasmitiendo de generación en generación y así sucesivamente hasta que apareció la escritura en la Edad de piedra, en el fondo de las cavernas, manifestada a través de animales, hombres y colores, de la manera en que veían las mentes de aquella época, escenas de la caza, de la pesca etc.
Con el andar del tiempo y el avance de las civilizaciones, aparecieron las escrituras jeroglíficas expresando leyendas, cuentos de reyes, hechos notables etc. Más adelante en monumentos y columnas apareció la historia de los pueblos tallada bellamente, con la descripción de epopeyas, poemas y leyes.
Luego aparecieron los primeros alfabetos, excelentes símbolos comunicadores de ideas, sentimientos, conocimientos e inicios de la historia cuna de la información.
El hombre nunca se cansará de aprender ni de inventar. Fueron los egipcios los primeros en utilizar el papiro sobre el que empezaron a escribir sus jeroglíficos y más adelante sus palabras en idioma egipcio denominado demótico y hierático. Seis siglos a de C. apareció el idioma griego, siendo la lengua fenicia la que propició el uso de vocales. Los signos de puntuación y el uso de mayúsculas y minúsculas se le atribuyen al dramaturgo Aristófanes.
Llegada la época del Renacimiento, se retomaron los principios de la antigüedad clásica, actualizándola, se sustituyó el poderío de la religión por el aumento y afirmación de los valores del mundo y del ser humano; surge la nueva época con la esperanza del resurgimiento de un mundo verdaderamente humano, alejado de la edad de las tinieblas.
Surgen los descubrimientos científicos y geográficos; todo se transforma: la economía, la política, la filosofía, la sociedad, la religión, la estética etc. Surgen los grandes descubrimientos, los experimentos.
Época del renacer del espíritu de la libertad del ser humano, inserto en la naturaleza y en la historia.
Valoro los libros, los amo y aprovecho porque si los pierdo o se me pierden en los laberintos de la memoria, nunca podré recuperar a tan valiosos amigos, tan queridos compañeros, maestros que han hecho de mí la escuela de otros.
Nunca dejo de aprender, mantengo mi cerebro ilusionado, activo, hago planes, medito, fortalezco mis neuronas. Lidero mi vida a pesar de ir quedando de mí, apenas las hojas de un otoño que aprendió a reverdecer en lo poco, lo mucho que vale aprovechar los años antes que llegue el ocaso y congele el sitial de mis saberes, mi razón de ser.