La divulgación del aumento del 60 por ciento del costo de la matrícula para los estudiantes regulares de la Universidad Yacambú (UNY), no solo provocó disgustos entre los alumnos sino que motivó una supervisión de la Superintendencia de Precios Justos (Sundde), el miércoles. Motivo éste para que, ayer, el rector Juan Pedro Pereira convocara a los empleados con el fin de informarlos sobre la situación financiera.
La autoridad universitaria partió de que la visita de la Sundde fue “sorpresiva” porque, precisamente, el día anterior había sostenido una reunión con la Federación de Centros de Estudiantes y a través de un acta ambas partes certificaron estar conformes con el ajuste anunciado para comenzar a aplicarse el venidero periodo académico.
El presidente de la federación, Néstor Graterol, firmó el documento y luego se presentó junto con la Sundde alegando que los estudiantes no habían sido consultados sobre el establecimiento de nuevas tarifas, dijo Pereira. Razón por la cual cree que existen otros intereses.
“Lo curioso es que el día anterior la Federación del Centro de Estudiantes bajo acta aceptó el ajuste. Entonces, hay un trasfondo de esto. Así lo deduzco porque no puede ser que un representante estudiantil como lo es Néstor Graterol en un momento me diga que está de acuerdo con los ajustes y al día siguiente dé declaraciones de que no fue convocado y tengo soportes de que él firmó”, repuso el directivo.
Pereira también se apoyó en la entrega de soportes en el despacho del viceministro de la cartera educativa universitaria, Andrés Eloy Ruiz, la semana pasada, donde se justifica el aumento del costo de las unidades curriculares y se amplía sobre la “situación financiera precaria de la universidad”.
La estructura de la casa de estudios, indicó el rector, demanda gastos como la reparación de aires acondicionados, baños, laboratorios y la reinstalación de la cerca perimetral hurtada en la sede de Portuguesa y el levantamiento de la pared de 20 metros que se cayó en la de Lara.
El incremento servirá, pues, para cubrir esas inversiones y para cancelar el aumento de sueldo del personal, que hasta ahora devenga salario mínimo.
Por la “situación país”, Pereira tiene claro que hay jóvenes inscritos que no podrán cancelar la cuota y deberán sacrificar algunas materias para mantenerse activos. Sin embargo, dijo, el cambio es imperante: “Para poder mantener la universidad abierta es obligatorio, como lo están haciendo las 25 universidades privadas del país, el aumento de matrícula”.
Recordó que desde el trimestre pasado se echó a andar un sistema de becas que reduce un 30 del costo a aquellos estudiantes que pertenezcan a agrupaciones culturales o sean deportistas.
