Buenos Aires no fue una excepción, y dos días después del aterrizaje de Pókemon Go, el juego despertó rápidamente el humor popular y la creatividad, con el presidente Mauricio Macri y la líder humanitaria Hebe de Bonafini transformados en Pokémon.
La aplicación móvil que causa furor en el mundo virtual desembarcó en Argentina el miércoles pasado y los teléfonos celulares dejaron de funcionar por saturación de las redes, ya de por sí insuficientes para la demanda.
Circulan además varios Pokémon con la cara de Bonafini, la líder de las Madres de Plaza de Mayo, de 87 años, sobre quien pesa una orden de captura desde el jueves, cuando se negó por segunda vez a presentarse a una indagatoria judicial en una causa por supuesto desvío de fondos públicos.
Incluso un taxista que quiere ‘hacer su agosto’ se ofrece para ir a cazar a los personajes por cada rincón de la ciudad.
«Es una idea ridícula pero me parecía divertida. Entonces armé una cuenta de Twitter y publiqué el servicio. Llamó un montón de gente», contó Juan Pablo, un taxista de 29 años que luego «no lo podía creer, después tenía un montón de pedidos y llamados».
El taxista pretende cobrar un servicio de 150 pesos (10 dolares) por hora y lleva al pasajero donde quiera. Su cuenta PokeTaxiGo ya superó los 500 seguidores.
Mario Pergolini, un conocido locutor, dueño de la radio y el teatro Vorterix, salió al aire horas después de la salida de Pokémon Go a Argentina para explicar que no podía abrir la sala a los centenares de jóvenes que hacían fila frente a sus puertas porque este sito, cita de recitales de rock, fue designada como un lugar de entrenamiento de Pokémon.
Entre los sitios para entrenar o pararse a ganar algún beneficio en el juego, la aplicación incluyó en Buenos Aires a la Casa Rosada -sede de gobierno-, el Cabildo y la residencia presidencial de Olivos… El desafío en Argentina es altamente político.
