La semana pasada fui invitado a varios eventos que me hicieron sentir muy cómodo.
Me reforzó el animo ver que no todo está perdido. Eso me motivó a escribir este artículo para compartirlo con mis lectores.
Son muy importantes estos acontecimientos y me atrevo a opinar sobre lo que es capaz de hacer la gente de buena voluntad, preocupada por aportar su ayuda o conocimientos a las causas nobles del país.
Voluntades en abundancia que están en Barquisimeto, siempre dispuesto a dar un paso hacia delante, a fin de que su creatividad pueda surtir su mayor y mejor efecto y afectos, sobre todo en busca de encontrar coincidencias en las discrepancias, dejando mensajes que no causen fricción y fomenten la unión y el respeto a la hora de buscar soluciones que ayuden al país, marcando las diferencias de criterios pero coincidiendo en el bien común, sin discriminación, y así todos felices por aquello de que «por fuerte que sea la trifulca siempre el amor es el triunfador».
Me refiero con orgullo y aplaudo a quienes tuvieron una buena idea nacida en Lara y para el mundo, una escuela que conducirá a un mundo de primera. No serán unos neófitos ni improvisados en sus tareas a seguir o responsabilidades a asumir. Me refiero a la nueva institución: Escuela de Formación Política, que ya graduó su primera cohorte y arrancó con la segunda en un interesante acto que levantó el ánimo a más de cuatrocientas personas que estábamos presentes en nuestra Sala Alternativa del Diario EL IMPULSO, sala que desde que nació ha sido el hogar para la gente de buena voluntad, hogar de aprendizaje y enseñanzas.
La Escuela de Formación Política (EFP), a pesar de ser tan joven tiene una plataforma de madurez de carácter socrático, pues ahí abundan la voluntad y la inteligencia con ideas frescas que se harán sentir en positivo y trascenderán fronteras de utilidad al universo, sin distinción de clases, color e ideología, porque las buenas formaciones y buenas ideas no tienen fronteras ni alcabalas. Veo con mucho respeto y admiración esta noble iniciativa, siento como venezolano que la juventud debe tener mayor participación y deben abrírsele más espacios.
En mis Reflexiones en Positivo siempre manifiesto un gran respeto por la población joven, consciente de que deben ser el futuro de los países. En este acto oí que el joven Néstor Colmenares, uno de los graduandos, en su intervención dijo que la juventud es el presente. Tiene usted toda la razón amigo. Esos chamos actuaron con una madurez y conciencia de que van a ser triunfadores y así será; tienen todas las condiciones para serlo, además son mayoría, pues los estudios arrojan que este es un país de jóvenes donde el 62% de la población no llegan a 34 años. ¿Podrá haber mayor y mejor capital que esos?, pregunto.
Me siento identificado con los creadores de estas ideas, son gente de primera línea con una férrea e inquebrantable voluntad, participando en este equipo Beatriz Elena García de Losada; por supuesto reconozco su gran capacidad de acción, su inquebrantable voluntad y su don de mando. Le admiro y le respeto ya que es como esas almas buenas que a la misma vez están en varias partes. Hoy junto a un equipo de personas que siempre están al servicio de las buenas causas en este proyecto, como lo son estas incansables jefas: Laura Álvarez, Marianela Zubillaga, Durga Cegarra, Chila Socorro y mi amigo Pepe Fernández, bendito entre todas estas talentosas mujeres, me gustaría nombrar a todo el equipo pero por razones de espacio me es imposible.
A los graduandos compartan lo aprendido y como maestro sumen a esta gran causa, con ánimo, jóvenes que son toda una promesa para Venezuela.
Ahora más que nunca el campo es la solución, unidos todos por la paz, la convivencia, el respeto y la prosperidad de nuestro país…