El Valle del Turbio sí tiene dolientes y eso quedó demostrado la tarde y noche del martes cuando la Sala Alternativa de EL IMPULSO se plenó de personas preocupadas, para orientar u orientarse sobre la problemática que rodea el otrora pulmón vegetal de Barquisimeto.
Diputados, concejales, universitarios, ambientalistas, dirigentes comunales y estudiantes, entre otros, respondieron al llamado del diputado Daniel Antequera, los concejales Carolina Castillo y Jeremías Zavala y este rotativo, para trazar fórmula de protección al valle y al río.
Antequera abrió las exposiciones recordando cuando el presidente Chávez decretó la expropiación del valle bajo el argumento de defender una supuesta soberanía alimentaria.
Se preguntó qué es lo que hay detrás del saque de granzón del cauce del río y afirmó que con la campaña que se lleva a cabo se están tocando intereses particulares muy delicados porque se trata de un grupito que se está enriqueciendo a costa de un gigantesco daño ambiental.
“Cada camión amarillo que sale cargado de allí representa un pedacito de mi calidad de vida”, afirmó.
Se refirió al daño que se le hace a los acuíferos de los que depende en parte el suministro de agua a los residentes de Barquisimeto y Cabudare, además del incremento del riesgo a la avenida La Ribereña por derrumbes en el talud sobre el que fue construida.
Insistió en que defender el valle es una lucha no exclusiva de un pequeño grupo sino que debe ser de toda la ciudad, que es la afectada, e indicó que las ganancias que generan el saque de material deben ser reinvertidas en el mismo lugar.
Igualmente denunció que esa explotación irregular, además de destruir el río, también lo hizo ya con comunidades cercanas, como ocurrió con el caserío Titicare.
Mejorar la ciudad
El arquitecto Juan Manuel Carmona recordó lo agradable, por lo ordenada, que era Barquisimeto hasta los años ‘90 cuando comenzó a crecer sin orden alguno.
Se mostró optimista al expresar que, “sí podemos mejorar la ciudad que nosotros queremos, pero no desde Caracas y para eso, tanto el gobernador como el alcalde debe n consultar sobre lo que se debe hacer, porque todavía hay tiempo de detener el desastre que podría venir”.
“Nuestra calidad de vida”
Para el ambientalista José Manuel Silva, del grupo Venezuela Verde, lo que pasa con el Turbio es grave porque un grupito se está enriqueciendo mientras se destruye el ecosistema.
“Lo que allí pasa nos afecta a todos en nuestra calidad de vida”, manifestó.
Consideró negativa la eliminación del ministerio del Ambiente para sustituirlo por algo llamado de Ecosocialismo y Agua, e igualmente criticó al gobierno por no estar haciendo nada en educación ambiental.
Propuso la siembra de bambú en las riberas del río y calificó de negativo que en algunos sectores se eliminen plantas o árboles para sembrar grama.
Consejo Consultivo
El ingeniero Erasmo Montaner, de la UCLA y del Consejo Consultivo de Barquisimeto, informó que en ese organismo están preocupados por lo que pasa con el río y están dispuestos sus miembros a emprender acciones .
Denunció que los camiones de Corpologística están destruyendo la vialidad de El Roble y comunidades inmediatas.
Llamó a aplicar algún control a la extracción de mineral granular de la corriente de agua, utilizando algunas alternativas y así darle oportunidad de reponerse.
También se preguntó, ¿qué hariamos nosotros sin La Ribereña, actualmente amenazada de derrumbarse en el oeste?.
Mala praxis
La profesora Jeglay Cruz, de Estudios Ambientales de la Universidad Yacambú, consideró un error haber intentado cambiar las siembras de caña de azúcar por hortalizas pues los suelos no lo permitirían, como ha ocurrido.
También rechazó que los encargados de los saques de granzón estén utilizando maquinaria excesivamente pesadas, así como grandes camiones volteos que afectan los acuíferos allí existentes.
Entender al río
El ingeniero Rubén Hurtado, ex director regional del MARNR, denunció el inicio de la urbanización del valle y recordó que cuando se construyó La Ribereña se proyectó un parque metropolitano.
Dijo que la utilización de un yumbo para cargar camiones es exagerado pues genera un caos hidráulico y el crecimiento de los meandros, poniendo en peligro La Ribereña.
“Tenemos que entender al río y regular su aprovechamiento”.