«Ser de izquierda es, desde que esa clasificación surgió con la Revolución Francesa, optar por los pobres, indignarse ante la exclusión social, inconformarse con toda forma de injusticia o, como decía Bobbio, considerar una aberración la desigualdad social…(Frei Betto).
Resultaría imposible analizar 18 años de contemporaneidad política en Venezuela en unas cortas líneas. Sin embargo, partiendo de la tragedia actual que vivimos, a nuestro modo de ver, el tema de la revolución bolivariana es y será objeto de estudio por muchas décadas, dadas las circunstancias «pacíficas» muy particulares que desencadenaron uno de los capítulos más oscuros y devastadores que país alguno haya experimentado en la historia de la humanidad. Sin guerra, sin cataclismos climatológicos, telúricos o eventos naturales, vemos la nación con mayores reservas de petróleo del mundo, totalmente arruinada y sumida en una hambruna progresiva que nos anuncia desenlaces no deseados. Lamentablemente, Hugo Chávez como su protagonista central e ideólogo más destacado, falleció antes de cosechar el fruto de su calamitosa pasantía terrenal…
Resulta más que obvio pensar en el Kino petrolero y la repartidera de real por todas partes como el principal catalizador del espejismo revolucionario. No hay doctrina, ni dogma, ni ideología, ni mucho menos principios y valores de ninguna naturaleza. Solo el afán de perpetuidad mediante la orgía petrolera que permitió corromper la Fuerza Armada y a toda la sociedad en su conjunto; además de desarrollar una acertada petro-diplomacia en un concierto de naciones cada vez más corrompido y mediocre, que facilitaron el posicionamiento de la farsa en el contexto geopolítico global al punto de representar un «ejemplo a seguir» por el continente suramericano.
A estas alturas de la destrucción generada por el modelo político y económico de Hugo Chávez y su izquierda mal interpretada y vetusta, todavía existen muchos compatriotas que creen que si estuviese vivo, no existirían escasez ni colas para adquirir alimentos y medicinas. El carisma y el discurso cargado de un populismo corrompido y barato, pero muy mercadeable electoralmente, dado el voluble perfil cultural mayoritario del venezolano, sirvieron para asegurar una circunstancial gloria terrenal, para luego inmortalizarse como uno de los individuos que ha ocasionado el mayor daño que nación alguna pueda experimentar en tan corto tiempo. El odio sembrado en los tuétanos de la República será el signo de su tiempo…
Hoy en día, sus fotografías son retiradas de los espacios que sus beneficiarios adulantes le erigieron en honor a los dólares recibidos. Su imagen se irá transformado en el transcurrir del tiempo, en el emblema de la destrucción de los sueños del hombre humilde a quien engaño para postrarlo y condenarlo al hambre y la miseria jamás vistas en nuestro país…
Mis comentarios:
.- Las mafias de la izquierda nacida a partir de la puesta en escena de Hugo Chávez como su protagonista global principal, desvirtúan por completo el paradigma revolucionario…
.- La izquierda ve al país como un botín al cual hay que ponerle la mano por la vía que sea…
.- La decadencia moral signó el modelo de Hugo Chávez. Este hecho le permitirá ser calificado como el sepulturero de la izquierda en el continente y el mundo.
Cuando hay rebelión en un país, son muchos sus jefes; con un hombre inteligente y experto, reina la estabilidad…(Proverbio 28:2)
