A Elizandro Quintero Araque lo habitaban un músico, un atleta y un posible líder político. De esta última habilidad apenas comenzaba a explorar su alcance. Se ocupaba, a los 18 años, de descubrir si sus dotes con la política eran tan elevados como los de sus manos para tocar el violín y el piano, gracias a los cuales giró por el país con la Orquesta Sinfónica Infantil Simón Bolívar, con la Orquesta de Cámara Nicolás Sarpe y más recientemente con la Orquesta Sinfónica Juvenil de Lara. Colgar el cinturón verde ganado como taekwondista por la música valió la pena.
Su colección de atributos pudo ser superior. Pero, dos delincuentes que intentaron asaltarlo cuando se trasladaba en un Ruta 13, el viernes, se encargaron de negarle las posibilidades. Para evitar ser despojado de sus propiedades, el muchacho se bajó, sin medir riesgos, de la unidad. Al hacerlo, cerca del decanato de Ciencias de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (Ucla) se cayó y, al parecer, un vehículo lo arrolló.
Una fractura de cráneo, un edema cerebral, un traumatismo craneoencefálico severo y laceraciones en varias partes del cuerpo lo mantenían recluido en el Seguro Social Pastor Oropeza, desde el día del hecho. Ayer, falleció, pese a la “atención excelente” de los médicos como lo afirmó su tía Nalivet Araque. Tenía muerte cerebral, dijeron los doctores.
Para la familia perder uno de los suyos consecuencia de la delincuencia era un dolor ajeno. “Nunca pensamos que esto nos iba a pasar”, lamentó la pariente.
La posibilidad la sentían todavía más distante en alguien tan robusto de proyectos como el joven músico. Después de egresar del bachillerato con 19,90 puntos de promedio, juraba que trabajaría duro para comprarle una casa a su mamá. Mientras eso sucedía, ahorraba en evitar salidas a otros lugares distintos a sus clases y las reuniones del partido Avanzada Progresista, al cual pertenecía desde hace meses. Este factor era su forma de poner en práctica las enseñanzas que recibía en un instituto donde estudiaba Politología.
Lo seguían, presumen
El viernes, Quintero Araque, decidió no abordar el Transbarca, como lo hacía habitualmente, y tomó un Ruta 13. Iba camino a la Ucla, donde cursaba el primer semestre de Ingeniería de Producción, para presentar un parcial. Antes, estaba en el banco, donde retiró un dinero para inscribirse en el curso intensivo.
Sus familiares presumen que los sujetos lo siguieron desde la institución bancaria para robarlo porque en el morral que llevaba quedaron su teléfono, la calculadora y las libretas, excepto el dinero.