“Prefiero que me guste la gente/a amar a la humanidad/Prefiero tener a la mano hilo y aguja./Prefiero no afirmar/que la razón es la culpable de todo./Prefiero las excepciones./ Prefiero salir antes” (…) nos dice Wislawa Szymborska, quien supo de exclusiones y amenazas totalitarias hechas a nombre de la revolución.
Tomo su verso como “pie” para referirme a la exclusión, ese acto terrible cuyo significado en latín no deja lugar a dudas: quitar a alguien, descartar, rechazar o negar posibilidades a seres humanos con nombres y apellidos, almas, rostros, manos y sueños a nombre de una abstracción, como la humanidad.
“Prefiero lo ridículo de escribir poemas/ a lo ridículo de no escribirlos./Prefiero en el amor los aniversarios no exactos/que se celebran todos los días./Prefiero a los moralistas/que no me prometen nada”, mientras leo, pienso en los militantes del PSUV cuyos carnets ya excluyen el acceso igualitario a las ventas y distribución de alimentos. En quienes tuvieron que devolver autos o viviendas o salir de las listas de adjudicación o fueron botados de la administración pública, porque haciendo uso de un derecho constitucional, firmaron la solicitud del revocatorio.
“Prefiero la bondad astuta que la demasiado crédula./Prefiero la tierra vestida de civil./Prefiero los países conquistados a los conquistadores./Prefiero tener reservas./Prefiero el infierno del caos al infierno del orden”, escribió la poeta a sabiendas de que la poesía es universal y nos habla a todos, especialmente cuando la ilumina el resplandor de la vida de gente como uno, que soporta los efectos de 21 estados administrados por militares, la reciente “militarización” de la distribución de alimentos, los abusos sufridos en las colas especialmente por mujeres, a manos de bachaqueros, guardias nacionales y policías, quienes imponen “el orden” con armas y gritos, sin compasión alguna, mientras se arreglan con el dueño del negocio chino o el gerente, amo, distribuidor de alimentos, para que le venda a precio solidario, grandes bolsas de productos entregados en la madrugada o en medio del gentío, socavando la dignidad ajena.
“Prefiero muchas cosas que aquí no he mencionado/a muchas otras tampoco mencionadas./Prefiero el cero solo/al que hace cola en una cifra.Prefiero el tiempo insectil al estelar.”La suscribo y pienso en los millones de venezolanos excluidos por razones políticas; los derechos laborales sin percibir por quienes no trabajan en empresas gubernamentales o de los que trabajando en ellas, no comulgan con la ideología “revolucionaria”. Pienso en los cercos i-legales que impiden la incorporación a la AN de los diputados de Amazonas, negando voz a elegidos y electores; en el acoso diario de insultos y golpes, infligido por militantes del PSUV a los diputados no oficialistas en las puertas de la Asamblea. Me vienen a la mente rostros de conocidos, buena gente, que alienados y confundidos, justifican hoy lo que repudiaron ayer.
“Prefiero tocar madera”… para cambiar el destino de nuestras universidades, acosadas con la restricción del presupuesto y la campaña anti académica de “egresados”, cuyo resentimiento e ignorancia personal es usado como arma política. Aún faltan por ver los resultados de tanta “oferta-plan-propuesta educativa de cualquier nivel”, que le atribuyó a Don Simón Rodríguez, al descontextualizarlo, simplezas e ignorancias que terminaron por desconocer su aporte y lucidez. De igual manera, la desaparición de la capacidad y amor al trabajo y al estudio, como vías para ser mejor ser humano y ciudadano y como forma de construir y amar a nuestro país.
“Prefiero no preguntar cuánto me queda y cuándo.”… como país en activos tangibles e intangibles, dada la enorme y nunca vista corrupción aliada a la impunidad. De igual manera, la desaparición en una buena parte del venezolano, de su laboriosidad y aspiraciones, como vías para ser mejor ser humano y ciudadano, formas de construir y amar a nuestro país. Prefiero en todo caso, contribuir desde mi cotidianeidad con el esfuerzo de muchísimos excluidos, en aprender a excluir la exclusión: “Prefiero que me guste la gente/a amar a la humanidad/Prefiero tener a la mano hilo y aguja…”
