“La droga es un cáncer que acaba con los muchachos”, expresó con sus ojos nublados José Zavarce, al referirse al modo como habían asesinado a su hijo, de 16 años.
El adolescente fue encontrado con dos disparos en el pecho, en la calle 3 con calle La Cruz del sector Rómulo Betancourt, de El Cují, al norte de la ciudad.
Se conoció que hacía 23 años que la familia Zavarce habitaba por esa zona. Allí el joven de 16 años conoció a unas personas que lo llevaron a caer en el mundo de las drogas y por más que lo aconsejaban no puso de su parte. Hace ocho meses el muchacho habría recibido algún tipo de amenazas y la familia, buscando su protección, decidió mudarse para el sector La Playa de El Cují.
En repetidas oportunidades intentaron llevarlo a centros de de-sintoxicación, pero la burocracia y papeleos no permitieron dejarlo internado. El adolescente llegó a estar recluido en el centro socioeducativo Pablo Herrera Campins por tenencia de estupefacientes, de donde había salido hace unos meses atrás.
El muchacho ya estaba advertido de que Rómulo Betancourt era territorio prohibido para él. Hace un mes por ese lugar un grupo de sujetos le destrozaron su cara, se la cortaron al punto que le tuvieron que tomar 60 puntos de sutura. El día de ayer regresó y esta vez no se salvó.
Algunos vecinos comentan que fue a la 1 de la madrugada cuando escucharon unas detonaciones, pero por lo peligroso de la zona nadie se asomó. No fue sino hasta las 6:30 de la mañana cuando algunas personas salían de sus hogares que vieron el cuerpo sin vida del jovencito y lo reportaron a las autoridades.
El cuerpo del adolescente yacía boca arriba al lado de una cerca de alfajol, fue tapado con una sábana y un cartón. Su madre y hermanos al llegar se abalanzaban sobre el cuerpo y lo abrazaban. El señor Zavarce lo que hacía era sobar su mano izquierda, pues no se resignaba a aceptar lo sucedido.
A pocos metros de su cuerpo quedaron tres conchas, evidencia de que había sido asesinado a balazos y se le apreciaron dos impactos en el pecho.
Mientras los seres queridos abrazaban al adolescente se observó cómo uno de ellos sacó del bolsillo derecho lo que pareció ser una pipa de fabricación casera y un yesquero. Al parecer la misma no había sido usada, pues el papel aluminio estaba intacto y no quemado como seña de que hubiese sido consumido. Habitantes de la zona entre dientes murmuraron que su crimen fue por problemas de consumo. El muchacho no dejaba de ir a la zona para obtener lo que lo llevó a la muerte.
Por resistirse a entregar la camioneta
Audi Segundo González Bracho (53) fue asesinado de dos disparos en el pecho tras resistirse al robo de su vehículo.
A eso de las 9 de la noche del sábado, González Bracho venía de Las Veritas y llegó a su residencia ubicada en la avenida Cristóbal Colón del sector El Roble de El Cují. Su camioneta una Ford F-100 blanca la estacionó en el porche de su casa y al parecer fue sorprendido por tres sujetos que estaban ocultos entre la oscurana de su residencia.
El señor aparentemente se negó a entregar las llaves y uno de los maleantes le disparó en dos oportunidades, dejándolo tendido en la puerta de su casa. Ellos abordaron la camioneta y salieron a alta velocidad del lugar. Los vecinos se asomaron, pensaron que al señor González Bracho se lo habían llevado los delincuentes o solo habría sido víctima de un atraco. Lo cierto es que nadie se percató que el hombre había sido baleado.
A las 10:30 de la noche una unidad policial encontró abandonada en la calle Tinjaca del sector El Buco la camioneta que fue robada.
A la 1 de la madrugada fue cuando una vecina observó que en la puerta de la morada del señor González Bracho estaba un bulto y hasta creyó que estaba borracho, pero al acercarse se dieron cuenta de que el mismo había sido asesinado.
Habitantes de la zona comentaron que la víctima trabajaba con su camioneta haciendo fletes, era una persona servicial y aunque vivía solo, sus familiares estaban pendientes de él. Era muy querido por toda la comunidad.
González Bracho fue una de las tantas personas inocentes que a diario caen en manos de la delincuencia.
Fotos: Ángel Zambrano