En Brisas del Río y Guayabal,en Río Claro, sus habitantes no pueden dormir cuando llueve por el temor de que una nueva crecida de la corriente de agua invada sus casas y los arrastre hacia un destino nada agradable.
Eso les pasó el domingo cuando el río se salió de su cauce, invadiendo varias de las viviendas ubicadas al oeste.
“Menos mal que dejó de llover cuando el río ya estaba metiéndose en las casas”, dijo Inés Alvarado, quien ya ha vivido situaciones parecidas anteriormente.
Explicó que a su casa y a la de su hija Margelis Peña le llegó el agua, temiendo perder todas sus pocas pertenencias, e incluso sus vidas.
Dice tener 10 años en el lugar, donde ha construido su casita de bloques con esfuerzo propio pues hasta ahora sólo ha recibido promesas, incluso cuando la alojaron provisionalmente en otro sitio debido a la amenaza del río.
El domingo, la corriente volvió a invadir la zona donde están las dos barriadas, al este de la capital de la parroquia Juares.
“Debe ser que están esperando una tragedia para canalizar el río, porque todos los años, cuando entran las lluvias, lo prometen”, agrega.
Lo mismo opinan Juan Ramón Hernández y Juan José Pérez, también vecinos de Brisas del Río.
Consideran que mientras no hagan una canalización del paso de agua, dirigiendo la corriente hacia el este, las barriadas ubicadas al oeste estarán en peligro permanente, como las amenazas ya vividas.
“Aquí no somos políticos; no le echamos la culpa a nadie, lo único que queremos es que cualquier organismo que sea, se decida a actuar, a hacer la canalización tantas veces prometida, que actúen, para que toda esta comunidad pueda vivir en paz, sin el temor de una inundación con cualquier aguacero”, expresó Pérez.
Este lunes, apenas una excavadora particular estaba siendo operada en el lugar, tratando su operario de desviar las aguas hacia el este, aunque sin resultados pues hacen falta equipos de mayor capacidad.
Pero hasta el mediodía no había llegado ninguna cuadrilla y mucho menos maquinaria de la gobernación o ministerio de Eco Socialismo y Aguas.
Pero en el sector conocido como La Recta, vía a La Cuchilla, también había gente preocupada pues el río seguía “comiéndose” las orillas, incluyendo viviendas y amenazando la carretera.