“Por mi vida han galopado todos los corceles amarillentos del Apocalipsis, la revolución y el hambre, la inflación y el terror, las epidemias y la emigración; he visto nacer y expandirse ante mis propios ojos las grandes ideologías de masas: el fascismo en Italia, el nacionalsocialismo en Alemania, el bolchevismo en Rusia y, sobre todo, la peor de todas las pestes: el nacionalismo, que envenena la flor de nuestra cultura europea». Stefan Zweig.
También decía Albert Einstein: “Dar ejemplo no es la principal manera de influir en los demás… es la única manera”.
Supongo que nuestro mejor juez es el espejo. Por tanto, en la Red de Instituciones Larenses nos apegamos, cada vez más, a nuestros principios y valores determinados por la acción constante en pos de la consecución de la “Seguridad Jurídica, ejecutada a través de la justicia honesta, que elabore el verdadero espíritu, propósito y razón del legislador probo, construyendo el único camino hacia la paz; porque la paz es el camino recorrido bajo el sustento del Estamento Legal”. Simplemente, es un mandato de nuestra Visión y Misión.
Estamos viviendo momentos realmente detestables, que jamás se habían visto en nuestro territorio nacional, desde que se creó la república; por tanto, tenemos el deber de asumir la responsabilidad de repudiar los actos bochornosos efectuados contra un puñado de jóvenes seminaristas, de parte de supuestos seres humanos, si es que así se puede llamar a quienes ejecutaron la monstruosidad reseñada por los medios de comunicación, y que, presuntamente, fue llevada a cabo por hordas afectas al partido de gobierno.
Estamos conscientes de que carecemos de la autoridad gubernamental suficiente para investigar y castigar a quienes son los responsables de semejante barbarie, pero disponemos de la suficiente autoridad moral para “exigir” de las autoridades a quienes compete preservar la integridad personal y de los bienes de los venezolanos, que se investigue hasta las últimas consecuencias y se castigue a los autores de este hecho punible. En el entendido de que: “Justicia jamás podrá ser calificada como venganza”.
Parece no ser casualidad que, en apenas horas de diferencia, se asaltó y pretendió invadir un terreno ocupado por el seminario de Barquisimeto, ocasionando daños materiales a la infraestructura de sus instalaciones.
La ciudadanía, en general, tiene el deber de saber, y de estar consciente, de cuáles son sus derechos, especialmente, sus Derechos Humanos. En estos momentos aciagos en la crisis que nos envuelve a todos los venezolanos debemos estar claros de las amenazas que se ciernen sobre nosotros.
A quienes cometen los delitos que, “por ahora”, nos atañe analizar, presumo, que debemos recordarle, a quienes los cometen y a quienes los amparan, con momentánea impunidad, que hay delitos que no prescriben y están plenamente tipificados en tratados internacionales que fueron suscritos por la República Bolivariana de Venezuela en la Constitución Nacional vigente, por lo tanto… ¡Tienen rango constitucional!
Generalmente, el oprobio fortalece a los ciudadanos. En nombre de la Red de Instituciones Larenses, y en el propio, he de manifestar nuestra solidaridad con el Nuncio Apostólico, con el Clero en general; con Monseñor Antonio Luis López Castillo y muy especialmente con los héroes mártires, que ante la artera pregunta contestaron: ¡Somos seminaristas!
Dios, Padre todopoderoso, los bendiga, proteja y guie siempre.