Rafael Antonio Cañizales Linarez estaba en su residencia, ubicada cerca de la plaza Bolívar de Sanare, municipio Andrés Eloy Blanco, reunido con un grupo de amigos. Planeaban festejar su cumpleaños.
Eran 19 años los que cumpliría el lunes. La reunión, que empezó el domingo se extendió más allá de la medianoche. Cañizalez Linarez recibió sus primeras felicitaciones y a la 1 de la madrugada de ayer decidió ir en el carro de su madre a llevar a unas amigas.
Salieron en el Chevrolet Corsa verde, dos puertas, signado con las placas MDL 92I. Una vez que dejaron a las jóvenes en su casa, ubicada en el callejón 6 del barrio El Cementerio, el joven seguía acompañado de otros dos amigos: uno iba de copiloto y el otro en la parte trasera del vehículo.
Los jóvenes comentan que vieron venir a tres sujetos y de pronto sintieron que Cañizalez Linarez aceleró el carro, pero no entendieron qué pasaba, hasta que escucharon los disparos que hirieron mortalmente a su amigo.
El acompañante que iba de copiloto abrió la puerta el vehículo y comenzó a correr; el otro amigo se acostó en el asiento trasero y simuló estar muerto. Los maleantes se asomaron y al ver que habían herido al conductor, escaparon.
Aparentemente las heridas realizadas por los malandros fueron hacia el rostro de Cañizalez Linarez.
Los amigos, al percatarse de que los maleantes ya no estaban, de inmediato avisaron a sus familiares y a las autoridades del pueblo.
Los dos acompañantes presumen que los sujetos tenían intenciones de despojar a Cañizalez Linarez del vehículo de su madre y por tal motivo él intentó escapar.
La víctima fatal estudiaba segundo trimestre de Derecho en la Yacambú y viajaba todos los días para ir a clases.
Residentes de la población sanareña lamentaron lo sucedido, se quejaron de la inseguridad que está invadiendo a dicha población. Consternados por lo sucedido manifestaban que el estudiante era un joven sano, que no merecía morir de esa manera.
Investigaciones
Funcionarios del Eje de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), comenzaron las investigaciones del caso. El móvil que hasta ahora analizan es la resistencia al robo.
Mientras los sabuesos hacían el levantamiento del homicidio, alrededor de la escena del crimen se encontraban muchos curiosos, todos residentes del pueblo.
Algunos murmuraban en medio de la multitud que en la zona opera una banda que se dedica al robo de personas y vehículos, además de la venta de droga. Presumen que dos de los tres involucrados en este hecho son unos sujetos apodados “El Chaco” y “El Wladimir”.
Serán las pesquisas de los efectivos que determinen si son ellos, en efecto, los autores del crimen.