Esta semana la comunidad barquisimetana se alarmó por la invasión de los terrenos del seminario Divina Pastora institución para la formación de los futuros sacerdotes. Pero a través del diálogo con las personas que entraron en los espacios del recinto religioso, comprendieron y salieron de este.
Como informó uno de los comunicadores sociales de EL IMPULSO no es la primera vez que pasa, hace cuatro años invadieron un terreno de la Renovación Carismática y hacen dos meses en los terrenos de la capilla Santa Teresa frente al Cottolengo.
El Arzobispo de Barquisimeto manifestó su descontento en los medios de comunicación social al repudiar el acto ilegal. Pidió a la sociedad civil respetar la propiedad privada y ganarse lo propio con esfuerzo.
Quiero manifestar a la colectividad que los terrenos de la Iglesia no son ni del obispo, sacerdotes, religiosos, ni de los laicos, son de la Iglesia, es decir, para obras de beneficio en bien de la sociedad. Si es una casa de retiro es para ofrecer charlas, orar y compartir; si hablamos de un seminario, es para ofrecer formación espiritual, pastoral, intelectual a quienes en el futuro van a ofrecer su vida en la evangelización traducida en enseñanza de la palabra de Dios, administrar los sacramentos y ayudar a las personas necesitadas.
Un terreno existe un iglesia, es para el servicio de los fieles en bien de su vida espiritual que redunda en lo familiar y social. Recuerdo cuando trabajaba en el municipio Jiménez, Tintorero, luché para que en el terreno donado a la Iglesia por uno de sus habitantes para que se construyera un complejo parroquial (templo arquitectónicamente artesanal, salones y la casa) a un sacerdote se lo ocurrió la idea de prestar parte de este para construir un multihogar con la condición de que fuera por corto tiempo.
Yo hice todo lo posible por gestionar otro terreno para que se construyera el hogar de cuidado diario y quedara completamente disponible el terreno para construir el complejo. Cuando tenía todo planificado se dio una reunión con las fuerzas vivas de la comunidad. Personas oficialistas se resistieron a su traslado, los demás callaron.
¿Qué pasó? que el proyecto en el gobierno de Luis Reyes Reyes solamente se pudo construir la iglesia y los salones, mas la casa que era para el presbítero no se pudo. ¿Quién salió perdiendo? la comunidad que no apoyó la construcción de la casa parroquial, por eso todavía no cuenta con sacerdote. Cuando se gestaba este conflicto me dijo el vicario general de ese tiempo que me cambiaba a otro sitio, no sé si fue porque los oficialistas se quejaron en la curia o porque así lo tenía planteado el arzobispo de la época. A pesar de mis luchas en bien de esa zona del municipio Jiménez no se logró el fin por el egoísmo de unos y la indiferencia o miedo de otros.
Amigos, la Iglesia debe cuidar sus pertenencias, esto no es nada más misión de sus autoridades, sino de la gente que se sirve de un espacio. ¿Que hicieron los fieles para defender los terrenos de la Iglesia barquisimetana cuando se presentaron estas invasiones? Lo que está pasando es grave y lamentable.
Cabe mencionar que para la defensa de cualquier terreno privado se debe seguir unos canales regulares que son la denuncia del delito ante cualquier organismo de seguridad y ante la fiscalía competente, sin importar que estos realicen su debida acción, pues en algún momento se hará justicia cuando quienes desempeñen cargos en dichas instituciones se pongan del lado de la defensa de los propietarios y no de intereses particulares.
En el caso de los terrenos de la Iglesia no son simples espacios, son para el culto a Dios. Recordemos cuando Jesús expulsa los mercaderes de templo, para defenderlo. Si el hombre no protege las pertenencias de Dios, Él mismo lo hará. ¡No te metas con las cosas de Dios!