Esta crisis económica y social, que se ha exteriorizado en escasez y desabastecimiento de la casi totalidad de productos de mayor consumo de la población venezolana, fue provocada por las erradas políticas del Ejecutivo nacional, que todavía persiste en mantener un modelo ideológico fracasado.
Al hacer tal declaración el diputado Jesús Gabriel Peña Navas, de la Asamblea Nacional, considera muy lamentable que se hayan venido produciendo muertes de inocentes personas que protestaban o estaban cerca de las manifestaciones realizadas por la angustia, la desesperación y la molestia ante la imposibilidad de conseguir oportunamente alimentos.
No con una bolsa de comida vendida por los Consejos Locales de Abastecimiento y Producción se va a paliar el hambre, ni mucho menos el pueblo será atemorizado con detenciones arbitrarias y disparos de perdigones y bombas lacrimógenas, porque el hambre no pega un solo día en el estómago, sino todos los días y un pueblo hambriento pierde el sosiego y llegar a ser violento, como lo recuerdan hechos vividos por la humanidad.
Es tan imprescindible saciar el hambre que el Padre Nuestro, la principal oración que alimenta el espíritu, clama por el pan nuestro de cada día.
Es por ello que entre productores de diversas regiones del país y dirigentes agrarios haya surgido la idea de conformar la organización Fuerza Agraria en Movimiento, cuyo objetivo fundamental es atender todos los planteamientos que se están haciendo y seguirán formulándose en aras de buscar soluciones eficientes y necesarias para resolver estos problemas, a los cuales el Gobierno nada le ha importado.
Antes que entender el desasosiego que existe en la población y abrirse a un diálogo con los productores, que todavía hacen enormes esfuerzos para cultivar la tierra y mantener con dificultad los rebaños de ganado, hace de la terquedad y la mentira una forma de Gobierno con el pretexto de no recibir la ayuda humanitaria que están ofreciendo algunos países que ya comienzan a sentir la dolorosa situación por la cual atraviesan las familias más pobres venezolanas, que se están muriendo de hambre.
Desde la época colonial fue Venezuela una nación agrícola y la tradición nos hizo enorgullecernos de haber producido café y cacao para la exportación; pero, hoy, desafortunadamente, la mayor cantidad de productos agrícolas de consumo masivo son importados y no llegan en las cantidades deseadas porque el bajo precio del petróleo, del cual ha dependido la política económica del Gobierno, los dólares ya no fluyen como antes y, en consecuencia, se ha agravado el desabastecimiento y la escasez.
La guerra económica, que no deja de ser una terrible falsedad para ocultar su incapacidad y su errónea política de haber destruido el aparato productivo agrícola, agropecuario e industrial, ha sido una estrategia criminal porque ahora no sólo mueren personas en manifestaciones, sino por falta de alimentos como por falta de medicinas también están falleciendo innumerables personas.
Al surgir Fuerza Agraria en Movimiento queremos hacerle un llamado a los productores y dirigentes agrícolas para que todos los planteamientos sobre el modo de enfrentar esta crisis lleguen al seno de la Asamblea Nacional, donde estamos trabajando para que se pueda lograr una legislación que favorezca a quienes están dedicados en el campo a producir y en este sentido, generar soluciones oportunas e imprescindibles, manifestó el parlamentario.
Peña Navas informó que ha venido participando en foros, asambleas y reuniones con ese fin, habiendo estado a comienzos de esta semana en Cabudare, donde se trató el tema y pudo recabar detalles que incluirá en las propuestas que está elaborando Fuerza Agraria en Movimiento, porque urge lograr medios para producir la comida que necesita el pueblo.
